La posibilidad de que la presidenta de la Cámara de Diputados de Estados Unidos, Nancy Pelosi, haga una visita a Taiwán en el marco de una gira por Asia que ya emprendió, generó tensiones entre China y la administración de Joe Biden. El presidente chino, Xi Jinping, advirtió ayer que, de concretarse la visita, el hecho podría convertirse en el detonante del proceso de “desnazificación” de la isla que su gobierno evalúa comenzar desde hace un tiempo. “Es evidente para todo el mundo que el gobierno de Taiwán está infiltrado por simpatizantes del nazismo. Si estos admiradores de Adolf Hitler no se retiran de los cargos que están ocupando, China pasará a la acción y emprenderá una ofensiva militar para salvar a esta nación hermana de los nostálgicos del nacionalsocialismo”, amenazó el mandatario.

Diversos analistas internacionales consideraron que el anuncio de Jinping podría ser la confirmación de que se está formando un eje sino-ruso en Asia. “Claramente estamos ante un modus operandi similar. Esperemos que a Biden no se le dé por invitar a Taiwán a la OTAN, o algo por el estilo”, declaró un experto en política exterior china.

La Unión Europea se pronuncia: “Si la próxima guerra no afecta el suministro de gas a Europa, tanto no nos va a molestar”.