Cuando aún no se había apagado el escándalo por un video en el que se la ve bailando en una fiesta, la primera ministra de Finlandia, Sanna Marin, se enfrentó a un nuevo escándalo. En esta ocasión se debió a la aparición de una foto de dos mujeres besándose en topless durante una fiesta en la residencia oficial de Marin. “Sé que las imágenes que se divulgaron durante las últimas semanas molestaron a muchos, pero tengo una explicación para ellas. En ambos casos las fiestas fueron posteriores a reuniones que tuve con mis asesores en materia de defensa para hablar sobre la situación con Rusia. Créanme, queridos finlandeses: si ustedes supieran las cosas que yo sé sobre Putin, también se dedicarían a beber y tener sexo como si no hubiera mañana. De hecho, esa es más o menos la situación en la que estamos”, declaró la mandataria finlandesa en una conferencia de prensa brindada ayer.

Marin consideró que sería “muy irresponsable” de su parte recomendarle a la ciudadanía que se entregue al sexo, el alcohol y las drogas. De todas maneras confesó que “si alguien quiere salir de fiesta durante tres días seguidos luego de ver un informativo, yo no podría decir que es algo ilógico”.