Cuando parecía que la reforma jubilatoria se iba a someter a votación el viernes y fracasaría por no contar con los votos de Cabildo Abierto, los liderados por Guido Manini Ríos y el Frente Amplio llegaron a un acuerdo para posponer la votación hasta el 30 de abril. Esta resolución fue cuestionada desde varios ámbitos. “Yo creo que estamos tensando demasiado la piola. Tuvimos un debate apasionante, con suspenso, acción, vueltas de tuerca y un desenlace imposible de prever. Era para terminarlo ahí, porque es muy difícil que la segunda temporada del debate sea tan buena como la primera. Yo siempre digo que en estos casos lo mejor es retirarte a tiempo, porque si no, los espectadores te dan la espalda”, opinó un legislador del Partido Nacional. Pero dentro de la oposición también surgieron cuestionamientos. “Yo lo voté por disciplina partidaria, pero estoy en contra. Va a ser muy difícil encontrar argumentos novedosos, y ni que hablar de las idas y vueltas de los legisladores, que solamente van a ser una repetición de las que se vieron en la primera temporada. Un debate como este merecía un mejor final”.

La crítica: “El anuncio de [Gustavo] Zubía de que no va a votar la reforma fue bastante previsible y no sorprendió a nadie. Le doy una estrella y media”. Crítico de culebrones legislativos.