La fuga del capo narco Rocco Morabito de Cárcel Central en 2019 generó duras críticas al Frente Amplio por parte del actual oficialismo, desde donde se afirma que hubo una negligencia inaceptable a la hora de controlar al mafioso o, lisa y llanamente, actos de corrupción. Pero las exjerarquías del Ministerio del Interior (MI) rechazaron de plano estas acusaciones. “Es cierto que fue un episodio lamentable, pero no hubo dolo ni negligencia. Ni siquiera mala intención. Lo que pasó es que nos metimos en un plan piloto de cárcel sin guardias ni represión, una especie de cárcel jipi con la que pretendíamos demostrar que si uno deposita toda su confianza en un recluso, esto tiene un efecto positivo en su rehabilitación. La verdad es que quedamos muy desconcertados tras la fuga”.

Entre las exjerarquías del MI también causaron sorpresa los contactos que el narco mexicano Gerardo González Valencia, quien era trasladado frecuentemente a Cárcel Central para sus visitas conyugales, mantuvo con Morabito. “¿A quién se le iba a ocurrir que una persona que en ese momento estaba concentrado en celebrar el amor junto a su pareja iba a dedicar tiempo a maniobras delictivas?”.

Escalando posiciones: tras la fuga, el sistema penitenciario uruguayo escaló varias posiciones en el ránking de Mejores Cárceles Para Estar Preso, de la Federación Internacional de Mafiosos.