Las autoridades del gobierno y también las del fútbol están convencidas de que es posible organizar la Copa del Mundo de 2030, y hasta el momento prácticamente no se habían escuchado reparos al proyecto. Pero ayer un grupo de personas se manifestó frente a la Torre Ejecutiva para protestar por lo que consideran “un nuevo embate de Bill Gates, George Soros, el globalismo y los reptilianos para acabar con nuestra identidad nacional”. Según estas personas, el Mundial de 2030 es, “como su nombre lo indica, una parte clave de la Agenda 2030”. Quienes están trabajando en la candidatura conjunta de Uruguay con Argentina, Chile y Paraguay consideran que se trata de un “malentendido”. “El Mundial se llama 2030 porque es el año en que se realiza, pero no tiene nada que ver con las políticas de la Organización de las Naciones Unidas. De hecho, se hace por el bicentenario de Uruguay”. De todas maneras, los conspiranoicos creen que este argumento “precisamente confirma nuestros temores, porque es evidente que los masones que juraron la primera constitución de Uruguay lo hicieron en 1830 porque en ese momento ya se estaba planeando la Agenda 2030”.

La frase: “No tengo opinión formada. Joseph Blatter me parecía claramente un reptiliano, pero Gianni Infantino tiene pinta de ser más del palo, más tipo pelado tirabombas”. Conspiranoico dubitativo.