Las clases puestas en libro tienen sus paradojas: no está ahí la experiencia de aquel encuentro, la situación, el aula, pero sí el acceso a esos discursos a destiempo en tantas lecturas posibles. La más obvia: tener a la mano –en este caso– capítulos de la literatura argentina del siglo XX compuestos por la agudeza con que Beatriz Sarlo trama análisis de elecciones estéticas, significaciones, estrategias narrativas y todo lo que hace a la construcción de los lugares en la tradición literaria.
Textos llenos de hipótesis de lectura y de guiños que Sarlo propone en los primeros años de la recuperación de la democracia (son clases que dictó entre 1984 y 1988). Roberto Arlt desde Michel Foucault; Jorge Luis Borges explotando las ventajas de los márgenes; Eduardo Mallea, la repetición y el tedio; Ezequiel Martínez Estrada; Rodolfo Walsh y los problemas de representación de la historia en clave Hayden White; David Viñas y la compañía de Jean Paul Sartre; Julio Cortázar y la cinta de Moebius; Manuel Puig, el kitsch y las estéticas del “mal gusto”; Juan José Saer y el cine; Ricardo Piglia y la idea de historia. Y claro, Sarlo profesora: sus lecturas e intereses en aquel tiempo, sus ideas sobre la cultura y la política, el peronismo, Abelardo Castillo, Julia Kristeva (con quien lee la liquidación del “yo femenino” de Enriqueta Muñiz por el “yo masculino” de Walsh y sugiere el pronombre inclusivo).
Este libro cuidadosamente establecido por Sylvia Saítta abre a estos y muchos otros problemas: cómo editar, cómo congeniar oralidad y lectura ágil, a partir de qué materiales, quién publica y otras preguntas sobre la vida de las clases en universidades públicas.
Beatriz Sarlo. Siglo XXI; Buenos Aires, marzo de 2022. 288 páginas, 1.700 pesos.