Abogado, diputado y senador por la lista 15 del Partido Colorado, subsecretario y titular en el Ministerio de Transporte y Obras Públicas, a Alejandro Atchugarry el mayor desafío se le presentó el miércoles 24 de julio de 2002. Ese día, pese a su reiterada negativa a afrontar tamaña responsabilidad, terminó por asumir como ministro de Economía y Finanzas en el período más crudo de la historia del Uruguay en lo que va del siglo. A partir de una minuciosa revisión de lo escrito hasta el momento y de un cúmulo de entrevistas al equipo de trabajo que acompañó al “Flaco”, a autoridades de entonces, sindicalistas, opositores, familiares y amigos, el periodista Mauricio Sabaj relata con detalle ese lapso de un año y pocos días.

El autor podría haberse limitado a relatar ese momento. Sin embargo, lo trascendió para trazar el árbol genealógico e ideológico de aquel “niño tímido” –leonino nacido en julio de 1952–, hijo de un socialista devenido en seguidor de un joven Jorge Batlle y sobrino nieto de Ramón, un panadero anarquista.

También para mostrar cómo su sector llevó a que se despidiera de la política quien había logrado establecer el diálogo con sindicalistas y la totalidad del espectro político durante la crisis. Este es el retrato de un servidor público incansable que subsistió a chocolate, Coca Cola e innumerables cigarrillos por día. De un “batllista más que colorado” –así se describía– que, por otro lado, repetía la máxima del alemán Konrad Adenauer: “Tanto mercado como sea posible; tanto Estado como sea necesario”.

Alejandro Atchugarry. El héroe improbable. Mauricio Sabaj. Planeta, 2022. 386 páginas. 890 pesos.