¿Cuánto del trabajo escolar está dedicado a producir conocimiento prescindible? ¿Cómo brindar herramientas acordes a los tiempos que corren, generar entusiasmo por el aprendizaje y dar libertades incluso para elegir qué estudiar y cómo hacerlo? ¿Qué reflexiones deja la pandemia en el campo de la enseñanza? ¿Cuáles son los “tesoros” educativos que desnudó la crisis sanitaria y cuáles los desafíos más apremiantes? Esta serie de preguntas se desprenden de una preocupación central: Enseñar distinto. En efecto, Melina Furman propone nuevos recursos y estrategias para lograr clases más atractivas, que interesen a los alumnos del siglo XXI y enseñen a pensar. La autora parte de un concepto cotidiano, el de innovar, pero lo concibe diferente: “Innovar en educación es mirar con ojos curiosos, amorosos y críticos lo que hacemos todos los días. Analizar qué podemos conservar de lo que hacemos y qué podemos hacer distinto”.

Por medio de ejemplos concretos prácticos y ejercicios y recomendaciones para educadores, el texto invita a los docentes de los distintos niveles educativos a nutrirse de nuevos instrumentos y métodos pedagógicos que motiven y permitan un aprendizaje profundo. Cómo priorizar contenidos, la importancia de las preguntas como “puertas de entrada al conocimiento”, la capacitación continua, la tecnología como aliada, el aprendizaje basado en proyectos, la enseñanza para la diversidad y la evaluación formativa son algunos de los disparadores que plantea Furman para construir una escuela que enseñe distinto y consiga que el deseo de aprender dure toda la vida.

Melina Furman. Siglo XXI, Buenos Aires, setiembre de 2020. 352 páginas, 2.190 pesos.