Leonardo Haberkorn. Fin de Siglo; Montevideo, 2023. 285 páginas, 790 pesos.
El autor tuvo fortuna. Siendo un adolescente se encontró en su casa con Agonistas y protagonistas (1976), de Ramón Mérica, hoy un clásico oculto del periodismo uruguayo. Ahí se topó con la celebérrima entrevista con Fernando Morena, escrita en un estilo que entonces, y sobre todo acá, todavía no se llamaba “periodismo narrativo”. Luego el adolescente creció, se hizo periodista, y la fortuna tomó la forma del zigzag de lo posible. Porque, a pesar de que Haberkorn cultivó el género que le despertó una vocación, no era fácil tener dónde publicar sus especímenes. En general lo hizo en el extranjero, por lo que no siempre fue fácil leerlo en esa, su mejor versión.
Este libro recoge varios de sus artículos. El que le da título es una historia de 2006 que podría haberse terminado de escribir esta mañana y que, aunque duela, es posible que pueda seguirse leyendo por bastante tiempo: el suicidio de una funcionaria policial abre la puerta a un fresco de su profesión y, desde ahí, de la sociedad donde se desarrolla. Hay también perfiles antológicos de Mario Benedetti (“La terquedad del poeta”) y del entrenador Julio Ribas (“El gladiador”), sin dejar de lado el periodismo de investigación (“El infierno de San Antelo”) y esa forma de la crónica por la crónica misma, casi un “periodismo de curiosidades” si no tuviera en su entraña la llave para algunos candados (“El último Hitler uruguayo”).