MANIAC. Benjamín Labatut. Anagrama; Barcelona, 2024. 400 páginas, 890 pesos.
En la estela de su brillante libro anterior, Un verdor terrible, Benjamín Labatut ha destilado en MANIAC un elixir que condensa de manera admirable un fragmento esencial de la historia científico-técnica del siglo XX y de principios del XXI, la reflexión filosófica, oscuros presentimientos acerca del futuro de lo humano y una narración envolvente que arrastra al lector a una gozosa carrera en la que resulta difícil detenerse. Es una novela en la que su tejido ficcional está asentado sobre personajes, hechos, teorías y testimonios absolutamente reales, a los que los procedimientos literarios no hacen más que expandir y dotar de una cualidad palpitante.
Sobre el libro de Labatut planea el tema perturbador de los límites de la ciencia, con sus muchas caras: las relaciones de la ciencia con la ética, con el mal, con la inteligencia y la condición humana, que se despliega en tres fases. La primera de ellas se encarna en el destacado físico austríaco Paul Ehrenfest, íntimo amigo de Albert Einstein, a quien le espantaba la deriva que estaba adoptando la física a causa del impacto demoledor de la mecánica cuántica, que él detestaba y consideraba el triunfo de la irracionalidad disfrazada de una nueva racionalidad, poblada de crecientes contradicciones lógicas, indeterminaciones e incertidumbres que, denunciaba, “atentan contra la solidez y realidad del mundo”. Dos terrores convergentes fueron devastando la mente de Ehrenfest, eso que veía como el derrumbe de la ciencia física y el ascenso imparable del nazismo, hasta que en setiembre de 1933 se suicidó en Ámsterdam, tras matar a uno de sus hijos, de 14 años, internado por una gravísima discapacidad.
La extensa segunda fase constituye la columna vertebral del libro y está encarnada en su protagonista central, el eminente matemático húngaro de origen judío John von Neumann (Neumann János Lajos de nacimiento), quien poseyó, según la opinión generalizada entre la mayoría de sus colegas, quizá la inteligencia más portentosa de todo el siglo XX (según Theodore von Kármán, “tenía una capacidad sobrehumana para penetrar el corazón de las cosas” junto con “una absoluta ceguera moral”). Von Neumann desarrolló la estructura matemática de la mecánica cuántica, la teoría de los juegos y, ya radicado en Estados Unidos, la primera computadora moderna (llamada MANIAC por su sigla en inglés), y su aporte fue fundamental para la construcción de la bomba atómica. También postuló ante el Pentágono que Estados Unidos debía lanzar una guerra nuclear preventiva para destruir la Unión Soviética.
La tercera fase de la obra narra el emocionante duelo entre Lee Sedol, genio surcoreano del go (juego de estrategia de infinita complejidad creado en China hace 3.000 años) y la máquina de inteligencia artificial AlphaGo, que lo derrotó y mostró una inquietante autonomía y creatividad respecto de su programa y un creciente poder de autocorrección. En 1797, en un célebre grabado de su serie Los caprichos, Goya escribió: “El sueño de la razón produce monstruos”; hoy cabría agregar que su vigilia desaforada puede generarlos aún más turbadores.
Despedida
Editor y narrador nacido en 1966, Gabriel Sosa falleció el 30 de octubre en Montevideo. También periodista -era colaborador habitual de Lento-, trabajó el reportaje con pericia y ejerció la crítica de cine en formatos heterodoxos, por ejemplo, desde la columna “Butacas contiguas” en la revista Posdata. Fue librero, no sólo porque en varias etapas atendió librerías, sino porque ningún rincón del mundo del libro le resultó ajeno.