Hasta llegado el siglo XXI la idea de autor estuvo asociada a la del legado. Por eso se descartaba casi más que lo que se dejaba salir a luz. Sin embargo, al morir el cuerpo físico que sostenía esa firma, sobre todo cuando ocurría de improviso, ese control se perdía o quedaba en manos de un albacea. Se abría así la posibilidad, al decir de Milan Kundera, de los testamentos traicionados. A veces para bien, como sucedió en el celebérrimo caso de Max Brod negándose a quemar toda la obra de Franz Kafka (salvando, para nosotros, a quien Harold Bloom llamó “el escritor canónico del siglo XX”). Otras veces para mal, dando por resultado libros zombis que, en aras de operaciones comerciales, sepultaban el buen nombre.

En agosto nos vemos, aparecida en febrero, está en un tercer círculo, en cierto modo intermedio. Dejada de lado por García Márquez antes de morir, por considerarla un intento casi frustrado y relativamente inconcluso, no es la revelación de un costado inédito del Nobel colombiano. Tampoco es la negación lastimosa de su talento como lo fue, por ejemplo, la publicada en vida de Memoria de mis putas tristes (2004), si bien, en términos de calidad, un poco se le acerca.

En sus páginas habita el hálito del mundo de Gabo, aunque sea en su versión menos potente. Quizá porque el material no estaba “en crudo” sino que había sido trabajado al menos en cinco versiones (y publicado, en parte, como relato). También por el momento que se elige para su salida a la luz, una década después de la muerte del autor, lo que lo vuelve una forma de recuerdo de lo que ya no es, pero se presenta como el consuelo (algo tonto, como todo consuelo) de que en algún punto siga siendo. La historia, que interesa, hace un par de décadas pudo haber sido más revulsiva y participa, en algo (muy poco), de esos personajes crepusculares que están en el tramo final de El amor en los tiempos del cólera (1985), aunque sin aquel cegador destello. El epílogo del editor no está sólo para engordar el lomo, sino que agrega información y se vuelve, en algún punto y para algún público, la pieza de más interés del conjunto. Luego, cada lector decidirá si los reparos son demasiados o valió la pena pasarse por alto “los peros y los aunque”.

Gabriel García Márquez. Sudamericana, febrero de 2024. 142 páginas, 790 pesos.