Pero ¿qué hacen los periodistas y comentaristas franceses, habitualmente tan aficionados a los “documentos secretos” sobre Rusia? Ellos que están siempre a la caza de cualquier “plan oculto” de Moscú para disolver la cohesión de las sociedades democráticas, cualquier “topo” ruso al acecho en el aparato del Estado. El 27 de abril, el diario conservador alemán Die Welt les sirvió en bandeja de plata un borrador confidencial del Este, la última versión del acuerdo de paz negociado por Kiev y Moscú al comienzo de la guerra. Un texto importante, cuya adopción habría podido evitar dos años de enfrentamientos y cientos de miles de muertes. Los medios de comunicación franceses no han hecho casi nada al respecto1, acaso preocupados por no ahondar en un asunto en el que el belicismo occidental no desempaña el mejor papel.
Estambul, 29 de marzo de 2022. Las delegaciones rusa y ucraniana se reúnen para una nueva ronda de negociaciones, la séptima en un mes, en un contexto militar inestable en el que el agresor ruso sufre sus primeros reveses. Al término de las conversaciones, cada parte se felicita por los “significativos” progresos alcanzados y expresa su optimismo. Kiev abrió la puerta a un estatuto de neutralidad y Moscú a un alto el fuego. Sin embargo, las conversaciones fracasaron por motivos que aún se debaten. El artículo de Die Welt ofrece algunos detalles.
De acuerdo con la versión oficial, la revelación de las masacres de Bucha en los primeros días de abril cambió la situación, convenciendo al presidente Volodímir Zelenski de que ya no podía negociar con “genocidas”. En realidad, las conversaciones continuaron por videoconferencia hasta ese 15 de abril, casi 15 días después del descubrimiento de los crímenes de guerra. Dos semanas de negociaciones han transformado las líneas generales acordadas en Estambul en un texto detallado, de 17 páginas. Su lectura revela las prioridades de ambas partes y el alcance de los compromisos que estaban dispuestos a asumir para poner fin a los combates.
Más que conquistas territoriales, Rusia buscaba garantías de seguridad en sus fronteras, estipulando en el primer artículo la “neutralidad permanente” de Ucrania, que aceptaría renunciar a toda alianza militar, prohibir la presencia de tropas extranjeras en su suelo y reducir su arsenal, manteniendo abierta la posibilidad de ingresar en la Unión Europea. A cambio, Moscú se comprometía a retirar sus tropas de las zonas ocupadas desde el 24 de febrero de 2022 y a abstenerse de atacar a Ucrania. Para garantizar este compromiso, Moscú aceptó el mecanismo de asistencia exigido por Kiev: en caso de agresión contra Ucrania, los miembros del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas se comprometerían a defenderla.
¿Por qué los ucranianos abandonaron finalmente la mesa de negociaciones, cuando habían continuado las conversaciones, a pesar de Bucha, y la paz parecía al alcance de la mano? Desde hace dos años, las pruebas apuntan a la responsabilidad de Estados Unidos y Reino Unido, que, demasiado confiados en la derrota de Moscú, rechazaron con firmeza el mecanismo de protección ideado por los negociadores. “Cuando volvimos de Estambul, Boris Johnson llegó a Kiev [el 9 de abril de 2022] y dijo: ‘No firmaremos nada con [los rusos], sigamos combatiendo’”, contó recientemente el jefe de los negociadores ucranianos, David Arakhamia2. Este relato es rebatido por él mismo, pero corroborado por una investigación del Wall Street Journal3.
Los medios de comunicación franceses, por su parte, miran para otro lado.
Benoît Bréville, director de Le Monde diplomatique (París). Traducción de Emilia Fernández Tasende.
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En asociación con el consorcio que hizo esta revelación, Le Figaro publicó una traducción del artículo de Die Welt, pero en su sitio web. Por lo demás, la información fue retransmitida sucintamente por los sitios web del Midi Libre, de La Dépêche du Midi y del Parisien. ↩
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Citado en Olena Roshchina, “Head of Ukraine’s leading party claims Russia proposed ‘peace’ in exchange for neutrality”, Ukrainska Pravda, 24 de noviembre de 2023. ↩
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Yaroslav Trofimov, “Did Ukraine miss an early chance to negotiate peace with Russia?”, The Wall Street Journal, 5-1-2024. ↩