La falta de cuadros y la desconfianza de los círculos económicos muchas veces constituye un obstáculo para la Agrupación Nacional (RN). Su pensamiento estandarizado en los temas tributario, monetario y europeo suena como un llamado a la clase dominante. ¿Cómo reacciona esta élite?

Las mitologías griega y romana ofrecen una reserva inagotable de referencias para quien desee desplegar su dominio de las humanidades clásicas. En su Historia de Roma desde su fundación, Tito Livio concede un lugar de honor a la batalla entre Horacios y Curiacios, campeones de Roma y Alba respectivamente en la guerra librada entre ambas ciudades entre 673 a. C. y 641 a. C. Para los primeros, la patria era lo prioritario; estaban dispuestos a matar a su hermana con el pretexto de haber sido infiel con el enemigo. Este espíritu de sacrificio faltó en los segundos, que fueron finalmente derrotados. Según la leyenda, les habría faltado virilidad.

En 2016, André Rougé –exdirectivo de Bouygues que trabajó para el Partido de las Nuevas Fuerzas (PFN), la Agrupación por la República (RPR) y luego la Agrupación Nacional (RN), por el que es eurodiputado– fundó los Horaces. Este club está formado por políticos, empresarios, altos funcionarios y algunos formadores de opinión. Proporcionan a los partidos de extrema derecha ideas, propuestas y proyectos de ley, así como letra para “burlarse” de los Curiacios de turno. Jean Messiha, énarque [egresado de la ENA (Escuela Nacional de Administración)], exadministrador en el Ministerio de Defensa y fundador del Institut Apollon en 2020, se ha convertido en el celador de este areópago reaccionario en CNews, a veces con el sombrero de Agrupación Nacional, otras veces bajo la bandera del partido de Éric Zemmour, Reconquista.

Más allá de este cenáculo, ¿con qué autoridades políticas, económicas, administrativas y culturales puede contar la extrema derecha para ejercer el poder? El Frente/Agrupación Nacional siempre ha carecido de líderes. Sus éxitos electorales le permiten ahora ofrecer puestos, cargos y carreras. Para comprender qué sectores de las clases dirigentes estarán dispuestos a aceptarlos, hay que rebobinar y ampliar el enfoque.

En 1983, Patrick Buisson, periodista de Minute y futuro consejero de Nicolas Sarkozy [presidente de Francia de 2007 a 2012], publicó Guía de la oposición para “formar eslabón tras eslabón de la cadena de resistencia a la influencia ideológica del Estado socialista”. En ella figuran cerca de 10.000 nombres y 3.000 direcciones de asociaciones, clubes, periódicos (Le Figaro Magazine, Valeurs actuelles, entre otros), partidos (el RPR, la Unión para la Democracia Francesa [UDF] y el Frente Nacional [FN]) y emisores de “radio libre” como Alouettes FM, fundada por Philippe de Villiers. Pero cómo unir, contra el gobierno socialista-comunista, a los herederos del gaullismo y a los de [el líder de la Francia colaboracionista Philippe] Pétain; a los antiguos militantes de la Organización de Ejércitos Secretos (OAS) y a los que habían aceptado la descolonización de Argelia, a los católicos tradicionalistas y a los seguidores del Vaticano II (concilio destinado a adaptar la liturgia católica a la modernidad). Y, en el ámbito económico, a los partidarios del libre mercado, a los del corporativismo y a los paladines de la “participación” gaullista. La vara estaba alta y el intento fracasó.

El proyecto renovado ha encontrado un nuevo proveedor en Éric Ciotti. El diputado de Los Republicanos (LR) por los Alpes-Marítimos se inspiró en Vincent Bolloré, ferviente católico que reinvirtió los beneficios de la Françafrique en un imperio mediático (Canal+, Europe 1, Le Journal du dimanche, Paris Match). Como la alianza con RN no pudo convencer a los caciques de LR, Ciotti ha reunido a un puñado de veteranos de la unión de la derecha y de aspirantes ávidos. Entre ellos está Guilhem Carayon, hijo del diputado Bernard Carayon –exmiembro del Grupo de Unión y Defensa (GUD) e incansable defensor de un acuerdo entre los gaullistas y el FN. En marzo de 2023, Carayon hijo, presidente de los jóvenes de LR, fue portada de la revista L’Incorrect, que cuenta con el apoyo del jefe tradicionalista Charles Beigbeder, junto con sus homólogos y amigos de RN y Reconquista, Pierre-Romain Thionnet y Stanislas Rigault–. Otro candidato “hijo de” bajo la bandera del “mitin de derechas” –su padre trabajó para TFI, LCI, Cnews y Europe 1, entre otros– es Arnaud Dassier, cuya empresa Avisa Partners produce contenidos digitales para diversos lobbies1.

Ecos de Vichy

Los partidos de la extrema derecha francesa siempre han buscado el apoyo de una parte del empresariado y lo han conseguido en gran medida, desde la época de la Colaboración hasta nuestros días2. En la interfaz se encuentran personalidades cuyas conexiones proceden de una experiencia política temprana o de los recursos proporcionados por las grandes escuelas. Sébastien Chenu, por ejemplo, pasó de la UMP (Unión por un Movimiento Popular, UMP) –demasiado homofóbica para su gusto– al RN, donde aporta su libreta de direcciones como excolaborador de funcionarios y ministros. Junto con Jean-Philippe Tanguy, egresado de la Escuela Superior de Ciencias Económicas y Comerciales (ESSEC) y de Sciences Po, Chenu es uno de los puntos de contacto entre el RN y las principales organizaciones patronales. “Las autoridades locales de la Confederación de la Pequeña y Mediana Empresa (CPME) siempre nos han recibido muy bien, mientras que la Asociación Francesa de Empresas Privadas [AFEP, lobby de los grandes grupos] nos ignora”, comentó Tanguy en Le Figaro (18 de marzo). Cuanto más representan los intereses de los pequeños empresarios, más se abren esas organizaciones a las ideas de extrema derecha, en particular la denuncia de los impuestos y contribuciones, así como del derecho laboral, la salud y el medioambiente.

En Causeur (31 de enero de 2022), revista mensual financiada por el empresario nacionalista Charles Gave, Sophie de Menthon celebraba las diatribas de Marine Le Pen contra las normas que impedirían la marcha triunfal de las pequeñas y medianas empresas. El otoño siguiente, a petición de Le Pen, organizó encuentros entre miembros de ETHIC (empresas de talla humana, independientes y en crecimiento) y diputados de RN (Le Parisien, 7 de octubre de 2022). Promotora de telemarketing y autora de libros infantiles –entre ellos el divertidísimo La empresa contada a los niños, ilustrado por Aurore Giscard d’Estaing– y presidenta de ETHIC, De Menthon había organizado, ya en noviembre de 2021, un encuentro entre Zemmour y miembros del Círculo de la Unión Interaliada, uno de los clubes más prestigiosos de París (L’Express, 28 de octubre de 2021). “Los jefes valoran mucho sus discursos y su cultura”, explicó en Politis (15 de setiembre de 2021).

Desayunando con madame Le Pen

Las relaciones con los empresarios son menos fluidas. En 2011, su portavoz Laurence Parisot publicó Una trampa azul marino (en coautoría con Rose Lapresle, Calmann-Lévy); en 2019, Geoffroy Roux de Bézieux tuvo que renunciar a invitar a Le Pen a las jornadas de verano del Movimiento de Empresas de Francia (Medef). Aficionado de las justas con armadura y a caballo, Olivier de Panafieu tuvo que dejar la dirección de la consultora Roland Berger como un vil palafrenero por haber organizado colectas de fondos para Zemmour. El politécnico François Durvye, en cambio, puede prodigar sus recomendaciones a Le Pen y Bardella. Pero esta figura menos expuesta gestiona, a través de un fondo de inversión, la fortuna de Pierre-Édouard Stérin, él mismo un “católico tradicional” que hizo su dinero con las cajas de regalo y el e-commerce.

Desde que el RN abjuró del abandono del euro y dio marcha atrás en sus escasas medidas en favor de los trabajadores (en particular, la jubilación a los 60 años), sus relaciones con el Medef han tendido a relajarse, aunque las principales organizaciones patronales siguen prefiriendo el neoliberalismo del gobierno actual al nacional-liberalismo del RN. De las diez medidas tomadas de los programas de [el candidato a primer ministro de RN Jordan] Bardella y del Nuevo Frente Popular que el Medef señaló como problemáticas en un comunicado de prensa el 19 de junio, sólo la reducción del IVA de los productos energéticos procede del partido de extrema derecha. Por prudencia, ciertos grandes empresarios asustados por el programa de la izquierda unida “cortejan” a los jerarcas de la extrema derecha (Financial Times, 18 de junio).

El 28 de noviembre de 2023, Bardella discutía con estudiantes en la Escuela de Altos Estudios Comerciales (HEC). Una semana antes, Henri Proglio, exdirector general de Veolia y Eléctricité de France (EDF), había almorzado ostensiblemente con Le Pen. La comida, celebrada en una de las cantinas del jet set empresarial de París, fue una prueba. Proglio forma parte del “comité de sabios” de la familia Dassault, que no ha amonestado públicamente a este exmiembro del Club de l’Horloge [think tank nacional-liberal de extrema derecha]. El jefe de Dassault Aviation, Éric Trappier, también se reunió con Le Pen antes de las elecciones europeas de 2024 (Le Nouvel Observateur, 16 de mayo), y el director editorial de Le Figaro (propiedad de la familia Dassault) se apresuró a prestar su apoyo a la “unión de la derecha” en su columna de Europe 1 del 13 de junio. Además de que no puede haber tráfico de armas rentable sin pedidos públicos, Alexis Brézet tiene un largo historial de compromiso con la extrema derecha: ya en 1989 escribió Inmigración en Europa: ¡cuidado, peligro! para el eurodiputado del FN Jean-Marie Le Chevallier, futuro alcalde de Toulon.

Cuestión de trayectoria

La integración en el orden económico –y sus relevos mediáticos– es sin dudas la prioridad de la extrema derecha. El neoliberalismo ha cambiado el equilibrio de poder dentro de la clase dominante al subordinar al gobierno y la política a los objetivos de la empresa privada. Pero para ejercer el poder sigue siendo importante contar con agentes confiables. Dentro de la alta función pública, la extrema derecha puede contar con el legalismo de unos, el oportunismo de otros, al igual que con la acción resoluta de un puñado de militantes comprometidos con su causa. De hecho, existe una tradición antirrepublicana, y no solamente entre los militares que pidieron el restablecimiento marcial del orden público en Valeurs actuelles (21 de abril de 2021). El Club de l’Horloge fue fundado en 1974 por exalumnos de la ENA: algunos eran miembros del partido gaullista, otros del partido de Giscard. A mediados de los años 80, prácticamente todos los líderes de la derecha y de la extrema derecha habían frecuentado este laboratorio de ideas giscardista-lepéno-chiraquista3. ¿La principal innovación doctrinal del club, rebautizado en 2015 como Carrefour de l’Horloge? La “preferencia nacional”.

Uno de sus miembros, Philippe Baccou, magistrado honorario del Tribunal de Cuentas, participa en los debates de los Horaces. El RN también ha contratado recientemente a Fabrice Leggeri. Este normalien [egresado de la École Normale Supérieure] y énarque, que trabajó para el Ministerio del Interior y la Comisión Europea, se vio obligado a dimitir como director de la agencia europea Frontex en 2022. Supuestamente había promovido la devolución de migrantes en contravención del derecho internacional. En junio fue elegido diputado al Parlamento Europeo en la lista encabezada por Jordan Bardella. Otros Horaces comparten rasgos similares en su carrera: asignaciones en instituciones de la Unión Europea, ostracismo por parte de colegas y un paso por la prefectura.

Con la reserva que impone su estatus, algunos miembros de este gobierno reprochan a las autoridades políticas objetivos confusos, o incluso un sentido del Estado fallido: en particular, pueden deplorar el debilitamiento de los servicios en los territorios bajo la presidencia de Nicolas Sarkozy o la “Ley III” de la descentralización bajo la presidencia de François Hollande (2012-2017), que reforzó los “grandes funcionarios” frente a los prefectos4. Ya en abril de 2011, Le Pen escribía en una carta a los prefectos: “Sus eminentes funciones los sitúan directamente frente a los estragos de una política de reducción del papel del Estado, de desaliento de su personal y de ineficacia de su gobernanza”5. En mayo de 2021, volvió a hacerlo en un correo electrónico, esta vez dirigido a los 7.000 altos funcionarios, en el que prometía dar marcha atrás sobre la reforma de la alta función pública que suprimía los cuerpos de prefectos y diplomáticos6.

Dentro del propio Estado también hay tensiones entre aquellos cuya misión estatutaria es velar por la conformidad de la acción pública con las normas francesas y europeas, y los altos funcionarios encargados de aplicar las leyes y reglamentos promovidos por los gobernantes. Dentro de la llamada administración activa, existe la tentación de criticar, o incluso de poner en tela de juicio, los contrapesos que ofrecen los tribunales europeos –la Corte de Justicia de la Unión Europea (CJUE) y la Corte Europea de Derechos Humanos (CEDH)7– o nacionales. En Le Monde (17 de junio), el candidato de RN en la tercera circunscripción de Cher, Pierre Gentillet, abogado de formación y fundador de la Cocarde Étudiante [sindicato estudiantil soberanista de extrema derecha], ponía en duda la táctica de la extrema derecha en caso de llegar al poder: “Siempre que pongamos en vereda al Consejo Constitucional, podremos hacer cualquier cosa”.

François Denord y Paul-Lagneau Ymonet, sociólogos.


  1. Julien Fomenta-Rosat, “Moi, journaliste fantôme au service des lobbies”, Fakir, Amiens, 19-5-2022. 

  2. Benoît Collombat y David Servenay (bajo la dir. de), Histoire secrète du patronat de 1945 à nos jours, La Découverte, París, 2009. 

  3. Philippe Lamy, Le club de l’Horloge 1974-2002. Évolution et mutation d’un laboratoire idéologique, París 8, tesis doctoral de sociología, 2016. 

  4. Ver Benoît Bréville, “Vos régions, on n’en veut pas!”, Le Monde diplomatique, julio de 2021. 

  5. Citada por Patrick Roger, “L’opération séduction de Marine Le Pen auprès du corps préfectoral”, Le Monde, 20-4-2011. 

  6. Ver Simon Arambourou y Grégory Rzepski, “La réforme dévore ses enfants”, Le Monde diplomatique, diciembre de 2022. 

  7. Ver Vincent Sizaire, “Le juge européen peut-il être un contre-pouvoir au servie de la démocratie?”, Le Monde diplomatique, enero de 2018.