Un exsindicalista, una antropóloga social, un politólogo y una diplomática combinan sus miradas para analizar el multilateralismo. La necesidad de tomar en cuenta actores no gubernamentales, la transversalidad social que va más allá de los países y la problematización de los consensos fueron algunos de los elementos colocados sobre la mesa.

Como planteaba Flaviano Correia Cardoso en el número pasado1 ya no se trata de hablar de multilateralismo, sino de discutir qué multilateralismo queremos. El desafío, decía, no es sólo económico –ni sólo geopolítico, podríamos agregar–, sino civilizatorio. Mucho de ese enfoque hubo en los planteos del panel que formaron José Natanson, director de Le Monde diplomatique Cono Sur; Andressa Caldas, directora ejecutiva del Instituto de Políticas Públicas en Derechos Humanos del Mercosur; Gloria de la Fuente González, subsecretaria de Relaciones Exteriores de Chile, y Álvaro Padrón, asesor del presidente uruguayo y secretario ejecutivo del Centro de Formación para la Integración Regional (Cefir).

Ante más de un centenar de personas que desbordaron el auditorio de la Alianza Francesa de Montevideo el jueves 2 de octubre,2 el primero en tomar la palabra fue Natanson. “Estados Unidos, que después de la caída del Muro de Berlín construyó un sistema internacional a su imagen y semejanza en torno a dos ejes, libre comercio y democracia liberal, ahora lo está desmontando pieza a pieza”, afirmó. No sólo porque puede hacerlo –la técnica del fracking redujo de forma drástica su dependencia del petróleo exterior–, sino porque desde la llegada al gobierno de Donald Trump decidió dejar de ser el gendarme global para concentrarse en su patio trasero, tal como lo refleja su nueva estrategia de defensa.3

Caldas, brasileña, dijo que “hay que apostar más que nunca por el multilateralismo sin perder la versión crítica”, con una mirada desde el Sur global que tome en cuenta, por ejemplo, la lucha contra el hambre y la defensa de la naturaleza. “Lo que hoy no tiene lugar –sostuvo– es la tibieza”, por lo que se refirió al genocidio en curso en Gaza y a la movilización ciudadana que ha generado para detenerlo, como la Global Sumud Flotilla, a la que situó como un ejemplo de “diplomacia de los pueblos”, que también es parte de ese multilateralismo diferente en construcción.

Por su parte, De la Fuente González conectó su intervención con la realizada por el presidente chileno, Gabriel Boric, en la Asamblea General de las Naciones Unidas, el 23 de setiembre, cuando postuló a la dos veces expresidenta Michelle Bachelet a la secretaría general del organismo. Coincidió con que el multilateralismo requiere “repensarse a sí mismo” y reafirmó la defensa de la democracia como el marco en el que debe llevarse adelante esta visión multilateral. La iniciativa UN80, del actual secretario general, António Guterres,4 va en esa línea de repensar el sistema internacional, opinó, y abre un espacio de reflexión sobre cómo esta parte del mundo tiene que asumir las dificultades que ha tenido para alcanzar consensos propios.

Punto uy

Partiendo de su experiencia como dirigente sindical, Padrón recordó que las opciones que toma un país en la arena internacional también impactan en la vida cotidiana de las personas y que el análisis del poder global no se debe limitar a las instancias donde participan los Estados. Ese poder global, señaló, “está concentrado en un actor que en la década de 1990 nos enseñó que teníamos que tener una acción sindical internacional y que se llama transnacionales”. Por eso “el rediseño de un mundo multilateral no pasa sólo por un equilibrio entre geografías, sino entre poderes que trascienden incluso a los Estados y que se han vuelto hegemónicos”, poderes que, entre otras cosas a través de nuevas formas de comunicación, pueden condicionar incluso el sentido de las democracias. Ese poder, agregó, “lo tenemos que colocar en ese mapa que hay que rediseñar”.

Respecto de la actual gestión de Yamandú Orsi, Padrón indicó que se dio un viraje sustantivo en política exterior, “porque teníamos un gobierno [el de Luis Lacalle Pou, marzo de 2020-marzo de 2025] de espaldas a la región, que se refería a la región como un lastre” y cuya “fantasía más grande era negociar mano a mano con China un tratado de libre comercio”. Aclarando que esa desconfianza hacia el Mercosur “no es una concepción tan aislada en la sociedad uruguaya”, dijo que para el actual gobierno “no es posible pensar en influir en ese mundo en construcción si no es como región”. Después habrá que pensar sobre las alianzas al interior de la región y sobre el papel de Brasil, añadió, recordando una frase del expresidente José Mujica: “Sin Brasil es imposible, sólo con Brasil no alcanza”.

La ausencia

Quizá por el hecho de que los cuatro expositores provenían del sur de América, quizá por cierta tendencia al aislamiento que llevó adelante el expresidente mexicano Manuel López Obrador, ese país estuvo prácticamente ausente de las referencias del panel. Esa ausencia se notó más todavía en momentos en que la actual mandataria, Claudia Sheinbaum, cumple su primer año al frente de México con un 78 por ciento de popularidad.5

México estuvo, sin embargo, en las opiniones de los participantes. Más de una decena de los asistentes enviaron por correo electrónico sus reacciones al panel. En una de ellas se habla de “la necesidad de integrar desde México, el Caribe y África a los países de América del Sur, en una comunidad, conservando cada nación sus características propias”, y de pensar “en invertir en la formación de los jóvenes desde los 5 a los 15 años en valores, educación y entornos de vida que los habiliten a sostener y elaborar las comunidades del futuro”. Otro mensaje echó en falta que entre las multinacionales se mencionara al narcotráfico, que es el que realmente “pone las trabas para el desarrollo y fortalecimiento de la democracia en el mundo occidental”, otros reivindicaron “el pesimismo informado”, pusieron el acento en la necesidad de la equidad (“mientras haya desigualdad, habrá tensiones”) y en la necesidad de involucrar a los jóvenes. En su espíritu general, casi todos estos correos electrónicos conectaron con la frase que recordó Natanson en la segunda ronda de intervenciones: “O estamos en la mesa o somos parte del menú”. Una mesa que, como dijeron Caldas y Padrón, no es sólo de los gobiernos, sino también de las sociedades. Una forma de pensar y construir desde el Sur.


  1. “BRICS y nuevo orden”, Le Monde diplomatique, edición Uruguay, setiembre de 2025. 

  2. El panel “Multilateralismo y poder global: ¿el fin del mundo tal como lo conocemos?”, moderado por Roberto López Belloso, director de la edición uruguaya de Le Monde diplomatique, fue organizado por la diaria y Le monde diplomatique como parte del Día del Futuro, un ciclo de instancias de prospectiva social que se viene desarrollando desde 2014. 

  3. Ver “Pentagon plan prioritizes homeland over China threat”, politico.com, 5-9-2025. 

  4. “UN80 Initiative: What it is – and why it matters to the world”, news.un.org, 23-6-2025. 

  5. “Claudia Sheinbaum supera en aprobación a López Obrador tras su primer año en el cargo”, El País, Madrid, 1-10-2025.