Thomas Piketty. Anagrama; Barcelona, 2024. 96 páginas, 590 pesos.
En su fecundo trabajo intelectual, focalizado entre otros temas en la desigualdad que presentan las sociedades, del que este libro es una síntesis clara y precisa, el economista francés Thomas Piketty ha establecido algunas certezas difícilmente refutables. Tal vez la principal es que nunca los regímenes desigualitarios (entre las personas, entre las naciones, entre los géneros), que son muy diversos entre sí, se explican por factores “naturales”, como pueden ser la disposición de recursos que ofrece la naturaleza o las distintas habilidades de los individuos; la intervención de estos es reducida. Mucho menos –agrega– obedecen a una especie de fatalismo determinista que anida en la naturaleza humana, como gustan argumentar los grupos dominantes. Por el contrario, las acentuadas desigualdades sociales y económicas son producto de procesos históricos concretos mediante los cuales unas clases minoritarias lograron imponer su poder sobre las grandes mayorías de la población. Como contrapartida, son las tenaces luchas político-sociales colectivas a lo largo del tiempo las que consiguieron disminuir, aunque sólo en parte, la brutal asimetría entre los poseedores y los desposeídos. Piketty registra en las dos últimas centurias una tendencia de fondo hacia una mayor igualdad social, labrada a través de grandes luchas populares y conflictos, pero también señala la distinta incidencia de ese progreso en diferentes regiones del mundo y su no linealidad, con etapas de regresión como la que desde la década de 1980 viene ejecutando el neoliberalismo.