Dani Zelko. Caja Negra; Buenos Aires, 2025. 256 páginas, 1.290 pesos.
Oreja madre: mi cuestión judía es muchas cosas: un llamado a los ancestros; una cartografía de la identidad; un diálogo madrehijo; una reflexión sobre el cruce entre lengua, territorio y cultura; la historia de un duelo que se clava en el centro de esa búsqueda y deviene una carta de apostasía, no del judaísmo sino de un mito de origen estatal que ya no se sostiene: “Desde este dolor, desde este duelo, y desde el miedo que me da que el horror crezca, reivindico mi judaísmo, latinoamericano y antisionista. Hasta acá llegué”. El 7 de octubre [de 2023] se configura como un punto sin retorno que implica “desintoxicarse” de una épica y pide “otras escuchas, otras preguntas”. Una pregunta que sobrevuela el texto es: ¿qué es un pueblo? Y a Zelko no le interesa encontrar una respuesta categórica, sino rodear esa pregunta con imágenes, conexiones. Como si dijera “¿podría ser esto?”. En una época en la que gran parte de la comunidad judía argentina se repliega en relatos cómodos y censura todo cuestionamiento a las políticas de Israel con el rótulo de antisemita, Zelko elige rescatar un elemento central de la tradición intelectual judía: el valor político de la pregunta. Sabe que preguntar lo convierte en un traidor para muchos: “Ante la dificultad colectiva para procesar la derrota y la desilusión siempre se busca un traidor”. Para Zelko, la lealtad no es ciega ni sorda. Entre las ruinas de un relato fundacional, encuentra una invitación que lo convoca: inventar una nueva escucha para el temblor de la historia.