Creada en 2010 por Marcela Saborido para Estuario Editora, la colección Cosecha Roja puede jactarse de ser la primera y más longeva serie de género en Uruguay. Acumulando 38 títulos hasta la fecha y 18 autores del país, Argentina y Francia, es también la colección que consagró la producción de policial negro en nuestro país.
Como autor, tanto si tenías una historia pronta como si querías escribir una ex profeso, Cosecha Roja se constituyó en la colección idónea para publicarla. Y en estos 15 años hemos tenido de todo: antologías de cuentos, novelas independientes y, especialmente, sagas con el mismo personaje que regresa. El protagonista de varias entregas es una figura propia del género, pero hasta la aparición de Cosecha Roja como plataforma era particularmente difícil de generar en Uruguay.
Las novelas que comentamos aquí son solamente tres de los títulos publicados por la colección en 2024 y entre ellas están las aventuras finales de dos protagonistas recurrentes. La tercera, de carácter autónomo, es simplemente una de las mejores novelas publicadas en toda la colección.
Los hombres de Piedra Negra, de Gabriel Sosa
El narrador, periodista y editor Gabriel Sosa falleció en octubre de 2024. Entre su obra de carácter policial ocupa un lugar destacado la trilogía protagonizada por su alter ego Gustavo Larrobla, un periodista en horas bajas. Se trata de un profesional que supo ejercer el oficio en un mejor momento y que ahora trabaja para una revista de “tendencias”, donde se ocupa usualmente de los encargos que nadie más quiere aceptar. En general, incluyen viajes a perdidos pueblitos del interior.
Esas misiones son el motor de Las niñas de Santa Clara (única parte de la saga publicada por fuera de la colección, en la serie argentina Negro Absoluto, en 2016), de Las mujeres de Nueva Troya (Cosecha Roja 28, 2020) y de Los hombres de Piedra Negra. En estas investigaciones, Larrobla va descubriendo y revelando la cara más oculta de la sociedad uruguaya: pedofilia, tráfico infantil, violencia de género y, en esta última oportunidad, el disparatado consumo alcohólico en menores. Todo, además, es apenas la punta de un iceberg de maldad.
Radiografía mordaz con un protagonista que guarda todavía -y a pesar suyo- un gran corazón y amor por su oficio, en su última novela Sosa completa su saga que mixtura perfectamente ficción con periodismo (cada una de las tres novelas de Larrobla está basada en investigaciones periodísticas reales que el propio autor realizó en algún momento). Los hombres de Piedra Negra quizá sea la mejor entrega de la trilogía, aunque la sensación sea algo engañosa, puesto que es parte de un continuo que se construye entre todas.
Impacta la descripción de Piedra Negra, un lugar que concentra la vida nocturna de tres departamentos diferentes y donde las cinco whiskerías que ofrecen esparcimiento (a las que se suma un gran galpón a modo de sala de baile los fines de semana) sirven indiscriminadamente galones de alcohol a quien se les pare enfrente sin importar su edad. Larrobla no solucionará específicamente nada, ni investigará algún crimen o dilucidará un misterio, pero sí cumplirá uno de los cometidos del periodismo: encontrar lo que está mal y gritarlo a viva voz.
Wampir, de Carlos Rehermann
En el neopolicial latinoamericano son escasos los detectives protagonistas (la excepción cierra esta nota) y, más aún, los policías. En general, el detective no funciona tan bien como en sus contrapartidas anglosajonas (o no resulta tan verosímil) y los policías de estas regiones no suelen ser tomados más que como antagonistas o secundarios de poca incidencia. Por tanto, se acostumbra al uso de periodistas (como ya vimos) o a investigadores tangenciales (agentes de empresas de seguros, abogados, etcétera). En Wampir, sin embargo, Carlos Rehermann divide su atención en dos: víctimas y victimario.
La novela reconstruye con un detallismo devastador los ataques de un cura pederasta a lo largo de varias décadas y, en particular, el caso de un pequeño niño de ocho años que secuestra de un cantegril, más la investigación -y posterior persecución que harán del responsable, una vez identificado- que realizan la madre y el hermano mayor de la víctima.
Esta perspectiva diferente, muy novedosa, al menos dentro del policial negro vernáculo, y lo meticuloso, realista y contundente de la construcción del caso hacen de Wampir uno de los mejores títulos de la colección Cosecha Roja toda. Un libro puntilloso, durísimo de leer, en el que el tono sobrio de la prosa de Rehermann sólo intensifica lo incómodo de aquello que se está leyendo.
A partir de dosis de información verídica y mucho de imaginación, el autor recorre años y años de ausentismo estatal, ocultamiento eclesiástico e hipocresía social enfrentados a la incansable búsqueda de respuestas de una familia. Una gran novela.
Papeles viejos, de Renzo Rossello (Cosecha Roja 38)
Policía, presidiario, detective privado, muchas son las vidas que ha vivido Obdulio Barreras y este libro de cuentos es un gran repaso de todas ellas. La más popular creación de Renzo Rossello ha protagonizado hasta el momento cuatro novelas: El simple arte de caer (2018), Cien veces muerto (2019), El verdugo escondido (2020) y Todo por nada (2022). En ellas, le ha pasado de todo y eso es lo que toma Rossello aquí como eje de siete relatos breves que cubren los huecos, los espacios en blanco de esas muchas vidas de Barreras.
Así, lo veremos de uniforme cumpliendo funciones como patrullero joven o ya de civil en algún grado más importante dentro de la sección Investigaciones de la Policía nacional. O como detective privado desencantado de la oficialidad. O incluso ya caído en desgracia y purgando condena en prisión. Ese momento de encierro da origen a los que son, para mí, los dos mejores cuentos del volumen: “El problema de la celda 4” -que rinde desde su título y su condición de misterio de cuarto cerrado homenaje a Jacques Futrelle- y “Día de visita”. El menos breve de los relatos es un cuento de 2008, “Blues del raje”, y funciona como rescate de la primera aparición del personaje.
La suma de situaciones y casos nos permite vislumbrar el gran trabajo que ha realizado Rossello con su personaje a lo largo de los años. El libro se supone la despedida de nuestro Philip Marlowe vernáculo, lo más cercano a un protagonista clásico del género negro que ha visto la luz en Uruguay.
Wampir, de Carlos Rehermann. 312 páginas. Estuario, 2024
Los hombres de Piedra Negra, de Gabriel Sosa. 204 páginas. Estuario, 2024
Papeles viejos, de Renzo Rossello. 156 páginas. Estuario, 2024.