Si pensamos en la variedad de formatos que han servido de soporte para el gran invento de la escritura, toca reflexionar sobre la historia de la humanidad. No es la intención de esta nota, y sin embargo Cajita de poemas, la propuesta de Camilo Baráibar, invita a pensar en el formato como punto cero de la cuestión. Las tablas de arcilla sumerias, los papiros, los pergaminos, los codex han facilitado la conservación, primero, y después la manipulación de diversos registros, y el tiempo les ha reclamado belleza como desafío.

En los orígenes, parece que ya los papiros y los posteriores pergaminos contaron con cubiertas de pieles y en algunos casos eran guardados en cajas cilíndricas de madera o metales. De ahí a los estuches de metal precioso, esplendorosos de la Hispania visigoda con adornos de pedrería, fue sólo cuestión de esperar. Resultan testimonio de lo preciadas que se consideraban algunas lecturas y el esfuerzo que se dedicaba en realizar cobertores que preservaran esta nueva realidad física de la palabra.

Lejos ya de sumerios y su escritura cuneiforme, el imponente invento de la imprenta en el siglo XV ha permitido al hombre vincularse con la escritura en diferentes formatos y a gran escala. Otra etapa se inauguró en 1971 con la presentación en sociedad del libro digital, nueva posibilidad de lectura que los amantes del papel todavía miramos con algo de desconfianza.

Ya en el presente, en 2023, la editorial Ocho Ojos hizo una convocatoria abierta a poetas para que escribieran sus piezas que luego serían seleccionadas y editadas. Una oleada de 144 personas envió sus textos, y sólo 20 llegaron a la Cajita: Carolina Álvarez, Eloísa Avoletta, Luis Bravo, Aiara Camacho, Waldemar Camacho, Horacio Cavallo, Leonardo de León, Analía Di Leone, Sandra Escames, Luciana Ferrari, Ilén Juambeltz, Agustina Mucci, Marina Novello, Valentina Palomeque, Sebastián Pedrozo, Ivix Pereira, Rocío Ravera, Sofía Silvera, Oriana Toledo y Julieta Troielli. La edición tampoco se ajusta a lo tradicional, dado que cada postal se fue editando a su momento hasta que por último llegó la envoltura, como si estos poemas hubieran estado en el aire un tiempo hasta que se produjo su recolección y atesoramiento en un ánfora.

Unir cada pliego que se dobla en forma de cruz para ser incluido en un libro no fue, en este caso, la premisa. El espíritu de Cajita de poemas es el de apertura, es decir, un libro sin encuadernación; de esta manera no se dirige la lectura, tampoco se hace de él un objeto funcional o práctico para la manipulación, porque para su abordaje primero hay que abrir la caja.

Esa fue la tarea de Camilo Baráibar: brindar un espacio para que se guarden los preciados textos libres y ya seleccionados para esta ocasión. Libro libre, sin ataduras, sin ganchos, hilos ni cola. Hecho con textos e ilustraciones que se leen, se miran, se guardan y se vuelven a leer y mirar, o no, pero que hacen de esta lectura una experiencia en sí misma. Es liberado el lector porque no hay una línea que determine su experiencia dentro de esta Cajita de poemas.

Gublielmo Cavallo y Roger Chartier afirman, en su Historia de la lectura, que los autores no escriben libros, sino que escriben textos y estos se transforman en objetos escritos cuyas maneras de leer varían con los tiempos, los lugares y los ámbitos.

En Occidente, desde la Grecia clásica, se entiende la escritura desde su función de conservación, el tiempo ha exigido practicidad en la manipulación y el gusto por la lectura llevó a que se gozara de su forma también.

Así como los códex partieron la lectura en páginas impidiendo una visión continua del conjunto dado que la vista ya no podía pasearse por todas las columnas del rollo, este estuche editado por Ocho Ojos brinda la posibilidad de una veintena de experiencias lectoras. La invitación incluye ir al encuentro de uno mismo como lector que goza en el descubrirse en la actividad de leer. Me descubro leyendo y elijo de forma consciente por dónde seguir, en qué universo me sumerjo. 20 autores uruguayos de heterogénea trayectoria esperan el encuentro.

Cajita de poemas. Veintena de poetas. Editado por Camilo Baráibar. Ilustraciones de Aiara Camacho. Ocho Ojos, 2024.