Hace dos semanas, le dedicamos la totalidad del suplemento semanal a El eternauta. La excusa era el impacto de la esperada serie televisiva que produjo Netflix, cuyo estreno veníamos esperando con impaciencia, al menos en la sección Cultura de la diaria. Acá pueden leer esos y otros artículos sobre la obra
La expectativa, para muchos, se debía a la presencia de Ricardo Darín, Carla Peterson y César Troncoso. Para nosotros también pesaba la historia original, es decir, la historieta que empezó a publicarse hace casi siete décadas. De hecho, cuando se reeditó con motivo de su 65º aniversario, Ignacio Alcuri había escrito sobre esa obra que sigue estando al tope de popularidad en cuanto a ciencia ficción realizada en nuestro idioma.
El eternauta, en sus distintas versiones y apropiaciones –eso tienen los mitos: cada tanto reaparecen con nuevas formas–, presenta dos o tres singularidades como ficción posapocalíptica que la vuelven tanto un vehículo para discursos emancipatorios, una justificación de nacionalismos violentos, un simple entretenimiento aventurero, o todo eso a la vez.
En el primero de los artículos que le dedicamos a El eternauta como fenómeno actual, Carlos Rehermann explica la trama que lo volvió un ícono argentino. La desaparición de Héctor Germán Oesterheld, guionista de la historieta, y de sus cuatro hijas durante la represión militar de la dictadura argentina es parte importante de esa cadena. Escribo esto un 20 de Mayo, día de la Marcha del Silencio, por lo que las ausencias cobran un peso extra.
Historia reciente
En este Mes de la Memoria, el periodista Daniel Gatti publicó la investigación Desobedientes y recuperados, en la que aborda el fenómeno de los hijos de represores que repudian los actos de sus progenitores durante las dictaduras que padecimos en el Río de la Plata. Además, reconstruye la historia de una muchacha que fue localizada y reintegrada a su familia por las Madres de Plaza de Mayo.
Economía y desigualdad
Hace poco más de diez años, el economista francés Thomas Piketty escribió un bestseller inusual: su tema era una crítica no marxista al capitalismo y su propuesta, una invitación a combatir la desigualdad con medidas regulatorias, como impuestos globales a la riqueza. En agosto de 2015 conseguimos que un trío de investigadores de la Universidad de la República –Andrea Vigorito, Mauricio de Rosa e Ignacio Pardo– reseñara El capital en el siglo XXI para la revista Lento. Ahora Piketty vuelve al tema, pero desde una perspectiva histórica.
Qué estoy leyendo
Esta vez no puede haber spoilers (otro día hablaremos sobre eso) porque todavía no terminé la novela. Hasta el momento, Andrómeda y sus Galaxias tiene un mecanismo parecido al de historias anteriores de Diego Recoba, como Locas pasiones y El cielo visible: una persona busca a otra y en el medio, a lo Bolaño, se encuentra con historias dentro de historias dentro de historias. En este caso, la protagonista es una muchacha cuya madre fue una enigmática rockera de los 80 que parece haberse esfumado en España. El ambiente que Diego configura con humor, amargura y reflexión es el de la cultura juvenil posdictadura.