Somos Resilientes, un colectivo integrado por usuarios de refugios y ex funcionarios, manifestó su preocupación por la falta de cupos para pernoctar y la ausencia de programas gubernamentales que contemplen las problemáticas de los personas en situación de calle, informó su vocera, Alejandrina Viera, en dialogó con la diaria.

El pasado 31 de octubre, como estaba previsto por las autoridades, cerró el refugio nocturno de Maldonado a cargo del Ministerio de Desarrollo Social (MIDES) y administrado por la ONG Factor Solidaridad, que albergaba a 50 usuarios.

Viera relató el caso de una usuaria que este invierno fue llevada reiteradas veces al hospital por problemas respiratorios. Cuando volvía al refugio pasaba el día en la vereda, hasta que se abrían las puertas para pernoctar. La mujer falleció a fines de julio, mientras se desataba una ola frío polar. En ese momento, los usuarios se encontraban con el fogón encendido afuera del refugio porque, pese a las bajas temperaturas, durante varios días,el MIDES no dió la orden para abrir sus puertas durante el día.

La ciudad de Maldonado cuenta actualmente con un refugio transitorio a cargo de MIDES y la organización sin fines de lucro Mano a mano que funciona desde las 18.00 hasta las 9.00 de la mañana, con un cupo para 33 personas. De superarse esta cantidad, no existen alternativas para quienes se quedan en la calle. En el centro, por definición nocturno, los usuarios no pueden acceder a las instalaciones durante el día.

El transitorio cuenta con dos calefones, y no tiene secarropas, herramienta que facilita el secado de las prendas durante los días de lluvia, ya que en algunos casos, quienes asisten solo tienen lo puesto.

La vocera contó que en invierno la comida se servía en botellas cortadas, lo que consideró un daño a la integridad de las personas y que la llevó a comprar 30 platos. “Si lo que se quiere es generar una situación mejor, es recuperando hábitos que tienen que ver con la casa”, expresó la exfuncionaria de la cooperativa Mano a Mano.

El colectivo Somos Resilientes plantea la necesidad de tener baños públicos que funcionen 24 horas para las personas en situación de calle, dado que no tienen permitida la entrada a los baños públicos del predio ferial de Maldonado. “La población está estigmatizada, nadie podría negarles ir a un baño”, reflexionó.

Viera también plantea que el estado de salud física y mental de los usuarios es complejo. Según dijo, hay personas enfermas y con problemas de adicciones, pero no existen programas que contemplen asistencia más allá de los que brinda la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE) y cuando las personas salen del hospital, tienen que volver a la intemperie.

Por su parte, la directora del Mides en Maldonado, Magdalenan Zumarán, declaró que las personas que asistían al refugio que cerró fueron ocupados en 40 puestos de trabajo que se asignaron mediante jornales solidarios, gestionados por la Fundación A Ganar. Viera, en cambio, afirma que contrataron a ocho personas.