La situación de la policlínica de Gregorio Aznárez, en Maldonado, siempre es compleja, pero la pandemia de covid-19 agravó todo. El pequeño centro de salud debe atender y abastecer a unas 5.000 personas que viven en distintas localidades, y las únicas dos funcionarias de la Administración de Servicios de Salud del Estado (ASSE) que allí trabajan deben trasladarse en sus propios vehículos para hisopar pacientes, advierten los vecinos. La carencia edilicia, según dicen, es otro factor de preocupación, ya que la policlínica hace varios años está olvidada.

La policlínica de Gregorio Aznárez, localidad que pertenece al municipio de Solís Grande, atiende a vecinos de Cerros Azules, Bella Vista, Estación Las Flores, Balneario Las Flores y Balneario Solís. También de localidades cercanas del departamento de Canelones, como Capilla Cella, Jaureguiberry, Santa Ana y San Luis. Su área de cobertura abarca a una población de aproximadamente 5.000 personas.

En el centro de salud trabajan dos funcionarias, una doctora y una enfermera, que además se desempeña como administrativa, entre otras tareas que realiza. Las funcionarias se movilizan en sus propios autos cuando deben hisopar a posibles casos positivos de covid-19, ya que la policlínica no tiene ambulancias. Los vecinos se quejan porque un móvil utilitario que había sido donado a Gregorio Aznárez lo enviaron a Piriápolis.

Un grupo de unos 20 vecinos formaron una comisión de apoyo a la policlínica, que buscará conseguir recursos y materiales para atender estas carencias. “Les estamos exigiendo a estas dos funcionarias algo que es practicante inhumano”, dijo a la diaria Álvaro Bentancur, integrante de la comisión.

La compleja situación comenzó hace unos siete años, cuando la policlínica empezó a perder servicios y médicos especializados en distintas áreas, como cardiólogo o ginecólogo. Bentancur afirma que los sacaron para enviarlos a otras dependencias.

Otra enfermera que trabajaba en la policlínica de Gregorio Aznárez y también era administrativa fue removida y enviada a Pan de Azúcar.

“Cuando salen a hisopar deben cerrar la policlínica y no hay quien atienda el teléfono por si llama algún paciente”, lamentó Bentancur. El vecino aseguró que este jueves la doctora sufrió dos intentos de agresión, ya que muchas personas se molestan por la espera o los pocos insumos que pueden brindar a la población. “Se necesita algún portero o policía, ellas están solas y agotadas física y mentalmente”, agregó el vecino.

La comisión de vecinos advierte además que el médico rural que realizaba las rondas por las diferentes localidades todas las semanas fue derivado a otro centro y Solís Grande ya no cuenta con ese servicio.

Desde el punto de vista edilicio, la policlínica tiene muchos problemas: fisuras en las paredes, problemas de electricidad, cables colgando y tapones viejos. “No tuvo ningún tipo de mantenimiento en todos estos años”, manifestó Bentancur.

Según dijo, la comisión de apoyo contó con una “gran colaboración” de obreros del Sindicato Único Nacional de la Construcción y Anexos, que realizaron arreglos “de manera desinteresada”, y de algunos vecinos que suministraron portland, arena, pedregullo, varillas y otros materiales.

La comisión de apoyo, recuerda Bentancur, también consiguió un celular para la policlínica, algo que ASSE les había prometido desde hacía dos años. Con el dispositivo móvil pueden hacer el seguimiento de pacientes, en particular los casos positivos de covid-19.

“Se están pasando momentos muy difíciles, es una población totalmente desprotegida”, reitera Bentancur. La policlínica funciona de 8.00 a 16.00; sin embargo, cuando todavía contaban con otra enfermera el horario se extendía un poco más.

El vecino de Gregorio Aznárez lamentó que todavía no se hayan podido reunir con autoridades de ASSE o la Departamental de Salud. En las últimas horas se contactaron con el director de la Red de Atención Primaria, Marcelo Cabrera, que está cursando una cuarenta y que se comprometió a ponerse en contacto cuando la termine.

Sí lograron una reunión con el director del hospital de Pan de Azúcar, Sergio Mozzo. “Pero está atado de pies y manos y no puede resolver mucho”, declaró Bentancur.

Por otra parte, la alcaldesa del Municipio de Solís Grande, Patricia Martínez, “colabora con los escasos recursos que tienen”. El Municipio colocó un techo afuera de la policlínica para que las personas no se insolen bajo el sol o se mojen con las lluvias.

La farmacia del centro de salud, funcionaba todos los días y ahora sólo martes y jueves.