Chacra La Anyta es la marca de un grupo de emprendedores asociados de cinco chacras: cuatro están en Nueva Carrara y otra a pocos kilómetros de Pan de Azúcar. En total tienen 28 hectáreas y este año produjeron 90.000 kilos de aceituna de mesa.

Ana y Alejandro di Tulio son los encargados del proyecto, una pareja de argentinos que encontró en Uruguay a un público más receptivo a su propuesta: “Nuestro objetivo es hacer productos que tengan más contacto con la tierra, con el medioambiente y con la posibilidad de reciclar y reutilizar. Notamos que en la gente de acá, particularmente entre los jóvenes, hay una predisposición a cambiar la manera de consumir”, contó a la diaria Ana di Tulio.

La primera chacra, que le da nombre al grupo, es de 2013 y está en Nueva Carrara; es allí dónde se encuentra la almazara, planta de producción de aceite de oliva, Presta además servicios de façon, o sea manufacturar el aceite de otros productores. También venden su aceite para otras marcas o emprendimientos gastronómicos.

Chacra La Anyta, Pan de Azúcar.

Chacra La Anyta, Pan de Azúcar.

Foto: Nathalie González

El eje del emprendimiento es el aceite de oliva virgen extra. Para llegar a eso el aceite debe pasar por un proceso de control de acidez y luego por la evaluación sensorial de un panel especializado de catadores. Estos especialistas constatan que no haya defectos, así como la presencia de sabores amargos, picantes y sensaciones ásperas conocidas como frutado, que son propias de los antioxidantes que tiene el aceite de oliva cuando se elabora con aceitunas frescas.

En La Anyta laboran además una línea de productos cosméticos que incluye jabones, cremas para manos y cuerpo, también shampoo y acondicionador sólido. Son formulados a partir de aceites esenciales y una crema base de aceite de oliva virgen extra. El aceite de oliva posee propiedades antioxidantes y antihipertensivas. La oleuropeína es el componente químico responsable de sus beneficios para la salud, explican los responsables del proyecto.

La producción de oleaginosos en general es de alto impacto para el ambiente; el de oliva en particular, enfrenta el desafío del alpechín, un residuo acuoso y el orujo, un material seco que deriva de los carozos.

En La Anyta desarrollan un prototipo de material para la combustión, un prensado de orujo y aserrín que sirve para sustituir a la leña convencional. “Se compacta y hay que dejarlo secar, lo que lleva su tiempo. Es ideal para la kematutti, por ejemplo, porque puede hacerse de cualquier tamaño y tiene más calorías que la coronilla”, declaró Alejandro di Tulio.

Según cifras de este año de la Asociación Oliovícola Uruguaya (Asolur) hay 1,7 millones de olivos plantados en nuestro país, en un total de 7200 hectáreas en los 19 departamentos, y emplea de manera directa a 1500 trabajadores (y 4500 de manera indirecta). Uruguay es miembro pleno del Consejo Oleícola Internacional desde 2013, único organismo internacional regulador del aceite de oliva y las aceitunas de mesa.

En La Anyta, además de olivares, hay plantados 100 limoneros con los que elaboran limoncello y mermelada, también almendros y nogales. Hay una plantación de vides Merlot y otra de Pinor Noir, con las que hacen vino. Tienen una propuesta turística con un par de cabañas con habitaciones, una sala de degustaciones y un parrillero con cocina. Se pueden hacer visitas o reservar los espacios para eventos coordinando al teléfono +598 99 186 294.