En la antesala de un nuevo Viernes de Turismo, día en que los cristianos conmemoran la crucifixión de Jesús de Nazaret, los pescadores, fileteadores y vendedores del puerto de Punta del Este se preparan para el pico de venta de pescados y mariscos que se registra cada semana de Turismo, o Semana Santa para los creyentes. El puerto de Punta del Este se caracteriza por la venta de una gran variedad de pescados y mariscos frescos que, en su gran mayoría, son capturados en aguas fernandinas.

Tras un relevamiento que realizó la diaria, varios pescadores aseguraron que esta semana ha sido “floja” para la pesca debido a que las aguas continúan “calientes” y temen no contar con la cantidad suficiente de mercadería para la alta demanda del viernes; sin embargo, auguran que habrá buen flujo de turistas.

La zafra alta en el puerto se registra durante los meses más fríos: mayo, junio y julio. No obstante, son los meses de menores ventas. De las pocas cajas que sacan por día, los trabajadores del puesto más antiguo del puerto, Pata de Palo, manifestaron a la diaria que ahora está saliendo corvina, cazón, pescadilla, brótola, mochuelo y pejerrey.

Los vendedores contaron que intentan acordar precios similares entre todos, aunque a veces algunos no siguen la línea. El kilo de corvina se encuentra a partir de 350 pesos, mientras que la brótala, uno de los filets más solicitados, oscila entre los 400 y 500 pesos el kilo. Entre lo más caro que el puerto de Punta del Este tiene para ofrecer se encuentra el lenguado a 700 pesos el kilo.

En lo que respecta a los mariscos, los trabajadores y pescadores aseguraron que en la venta de los viernes de semana de Turismo “salen mucho” los camarones, los langostinos, los mejillones y las rabas. Los mejillones son traídos de las zonas rocosas de la isla Gorriti y cercanías, en tanto el camarón -que sí tiene su zafra alta durante el verano- es trasladado desde las costas de Rocha.

Los precios del camarón limpio y cocido ronda los 350 pesos el medio kilo, en tanto, los mejillones, entre 300 y 400 pesos el kilo, y el camarón con cáscara, 600 pesos el kilo.

El resto de los frutos del mar, según explicaron los vendedores del puesto Don Mateo, se importan desde Ecuador y Chile, entre otros países.

De la brótola al “salmón criollo”

Mientras el pescador y capitán de la barca pesquera La Tortuele, Enio, limpia y filetea pejerrey fresco recién pescado, su esposa María Inés, sentada sobre una punta de la mesada, detalló en diálogo con la diaria que cuatro familias “comen y trabajan” de esa barca.

Reiteró que la semana de Turismo ha sido “pésima” para la pesca debido a la temperatura del agua, y subrayó, al igual que otros vendedores, que “cuanto más fría está el agua, más pescados tenemos”. Esos son los meses en los que comienza la zafra más fuerte de corvina, brótola y anchoa, explicó.

“La pesca es ingrata para nosotros: cuando tenemos gente como para venderle, no tenemos pescados”, reflexionó María Inés. Dijo que durante los meses de invierno en promedio sacan 15 cajas de pesca; en tanto, en estos días lograron obtener seis cajas -o a veces menos- y con “pescados chicos”, aquellos que la “gente no quiere”.

La pesca más solicitada, según María Inés, es la brótola, por su carne magra y casi sin sabor, lo que permite condimentarla y cocinarla a gusto para que tome la sazón deseada por el consumidor. Sin embargo, la pescadora recomienda un buen pejerrey fresco y frito.

“La brótola es magra, no tiene gusto y la hacés como querés, es un pescado de zafra durante todo el año, aunque tiene sus altibajos. Pero el pejerrey es pescado de piedra, sano, y se alimenta de mejillones”, contó. En cambio, la brótola es “sucia” porque es un pez “fondero” que se alimenta de “cualquier cosa” en el fondo del mar, indicó.

“La brótola lo que ayuda es que tiene carne blanca”, y según María Inés la gente piensa que es más “fresca” y compra por ese motivo. También aconsejó que a la hora de buscar pescado fresco y no fallar en el intento, se debe mirar el brillo: “El pescado, para que esté fresco, debe tener brillo”.

Durante esta semana, al haber poca pesca, contó que traen brótola desde La Paloma porque allá “está saliendo”. El pescado es trasladado en camiones con furgón, con grandes cantidades de hielo para mantener la pesca fresca, que están habilitados por la Intendencia de Maldonado.

En el puesto de María Inés y Enio la brótola grande cuesta 600 pesos el kilo y la brótola chica, 500. En tanto, el cazón y la pescadilla se puede comprar por 350 pesos el kilo. Entre risas, María Inés contó sobre la tendencia de los compradores a pedir el “famoso” salmón criollo, que no es otro que el viejo y conocido bagre, sólo que “la gente le dice así por glamur”.