La ministra de Salud Pública, Karina Rando, recorrió este jueves las instalaciones del Hemocentro de Maldonado y ofreció una rueda de prensa en la que fue consultada sobre varios asuntos concernientes a su cartera en este departamento.

En cuanto a la situación de las policlínicas de la Red de Atención Primaria (RAP) de la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE), cuyas carencias en materia de recursos humanos han sido denunciadas con insistencia por parte de los trabajadores del sector, Rando dijo que no ha recibido “reclamos específicos” y que tampoco ha sido tema de conversación con el presidente del prestador de salud público, Leonardo Cipriani.

“Si llegan al MSP los reclamos, se dan trámite. No han llegado denuncias, que yo me haya enterado. Si llegó alguna denuncia, se resuelve a nivel de los funcionarios; no han llegado planteos que hayan pasado por la secretaría del ministerio”, enfatizó.

Respecto a las dificultades de la población para acceder a servicios de salud mental, Rando dijo que es un problema que trasciende a Maldonado, departamento que presenta la mayor tasa de suicidios por habitante a nivel nacional. Remarcó que el “déficit” de psiquiatras se extiende en todo el país y, en ese sentido, aseguró que su cartera trabaja junto a ASSE, el Ministerio de Desarrollo Social y la Junta Nacional de Drogas (JND) en un plan integral de salud mental y adicciones que se tratará por rendición de cuentas.

La ministra añadió que su objetivo es “disminuir las brechas” y formar más psiquiatras, además de desarrollar estrategias para brindar apoyo a los psicólogos y formar médicos generales en psiquiatría. También habló de “redistribuir” pacientes para “acortar” las listas de espera.

Respecto a su visita al Hemocentro, que realizó junto al director Jorge Curbelo, dijo que su interés era conocer las instalaciones, su funcionamiento y la dinámica de trabajo. Rando destacó la infraestructura del lugar, la tecnología que utilizan y la trazabilidad con la que se siguen las donaciones de sangre.

“Me asombró y sorprendió gratamente. La sangre que se dona se sabe dónde está en cada momento, dónde va y qué se hace con ella. Se trabaja con transparencia y es, realmente, para sacarse el sombrero. No parece que esto sea un lugar público, parece un hospital del extranjero”, expresó.