La agrupación ambientalista Coendú denunció en sus redes sociales la presencia de decenas de pescadores que van tras la corvina negra en la desembocadura del arroyo Maldonado y que, de ese modo, violan una veda precautoria de extracción emitida días atrás por la Dirección Nacional de Recursos Acuáticos (Dinara).
Por estos días, los pescadores que tradicionalmente llevan sus cañas y se instalan a unos 300 metros de la costa atlántica afirmaron a la diaria que “el gran problema” son quienes salen embarcados desde la zona de El Placer y tiran “entre 30 y 40 trasmallos que no retiran nunca”, generando “un daño indiscriminado”.
“Es imposible que el pescador deportivo con caña haga una depredación de esas”, aseguró una de las personas que hablaron con este medio y que pidieron que se reserve su identidad; son conocidos en la zona y, en otras zafras, han tenido problemas con los pescadores embarcados, argumentaron.
“Este año no hemos tenido incidentes porque no fuimos arroyo arriba, pero el año pasado corrieron a un compañero con un revólver. Es gente que tiene armas de fuego o machetes y que muchas veces está alcoholizada. No tienen problema en tirarnos las redes sobre las tanzas y amenazarnos”, señaló uno de los hombres, notoriamente preocupado.
“Si Prefectura lleva un gomón, levanta 30 redes”
Aunque las redes no se aprecian a simple vista porque están sumergidas, otro pescador opinó que, si la Prefectura “manda un gomón con un gancho, va a sacar decenas de redes” y tampoco tendría dificultades para descubrir a esos pescadores, porque está “clarísimo” de qué lugar salen las embarcaciones. “Están ahí, por las pasarelas de madera”, en el actual parque El Placer, afirmó.
“Nosotros podemos llegar a ser 20 o 30 personas como mucho, pero no hacemos ese daño. A lo sumo sacamos diez o 15 corvinas entre todos, y algunos días no pescamos nada porque las corvinas no están comiendo todo el tiempo. Ellos arrasan con todo, corvinas chicas o grandes, que a veces se pudren porque demoran días en levantar las redes”, lamentó.
Los pescadores con caña afirmaron que son del departamento de Maldonado, que van “desde chicos” a la desembocadura de La Barra y que, desde que se decretan vedas precautorias, se instalan a 300 metros del mar para “no afectar los cardúmenes”.
“Con los pescadores de trasmallos pueden entrar hasta 2.000 corvinas y no se salva una”, sostuvo uno de los consultados. “Todo lo que hay desde los puentes de La Barra rumbo a San Carlos queda encallado”, enfatizó uno de los consultados.
Una especie longeva y de baja natalidad
La corvina negra, también conocida como “tambera” por el sonido que emite para comunicarse bajo el agua, se acerca a la costa del Río de la Plata (mayormente en Montevideo y San José) para desovar desde fines de primavera, y sus crías permanecen en el estuario antes de regresar a aguas más saladas, indicó Coendú. Lo mismo ocurre en La Barra de Maldonado, donde el arroyo desemboca en el océano Atlántico.
En este contexto, la organización ambientalista recordó que la población de corvina negra “se encuentra amenazada” por la “enorme actividad pesquera” que hay tanto en Uruguay como en Brasil y Argentina, “de manera industrial, artesanal y recreativa”.
Veda precautoria de la Dinara
Con el objetivo de “preservar este recurso para las futuras generaciones”, la Dinara prohibió su extracción, “bajo cualquier modalidad”, desde el 28 de octubre hasta el 15 de enero de 2025.
En su fundamentación, la repartición del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca explica que la corvina negra (Pogonias cromis) es una especie longeva y de crecimiento lento.
“Dicho carácter indica una tasa de mortalidad naturalmente baja”, al tiempo que presenta “una baja fecundidad relativa” que implica una “menor capacidad de reposición de biomasa”.
Tales factores, remarca la Dinara, vuelven a esta especie “más vulnerable al efecto que ocasiona un aumento en el esfuerzo pesquero”, por lo que es necesario proteger ambientes importantes para su desove.
Como habita aguas costeras, “especialmente donde hay influencia de arroyos, ríos y lagunas, sobre fondos de arena y limo, formando cardúmenes para migrar a los fondos de puesta, fundamentalmente de octubre a diciembre”, la Dinara resolvió prohibir la pesca en esos lugares.
La veda precautoria de extracción, “bajo cualquier modalidad”, comprende a todos los ríos y arroyos que desembocan en el Río de la Plata y el océano Atlántico. Quien infrinja tal disposición será sancionado, advirtió la Dinara en su resolución.