Un bloque con 99 apartamentos y 118 cocheras en subsuelo se implantará a media cuadra de la ruta 10, en un padrón ubicado entre el tanque de OSE y el hotel Montoya de La Barra, por iniciativa de la firma Netzaj SA, propietaria del centro comercial ¡Oh!

El edificio tendrá 14 metros de altura en lugar de los siete permitidos como máximo por la ordenanza de construcción. También contará con planta baja y cuatro plantas, aunque la norma sólo permite planta baja más una planta.

La obra se excede, además, en todos los parámetros de ocupación: el factor de ocupación del suelo será de 46%, frente al 25% permitido; el de ocupación del subsuelo será de 98% en lugar de 25%; la ocupación total alcanzará el 187%, aunque en la zona se permite 50%, y el factor de ocupación de suelo verde será de 30%, cuando debería ser, como mínimo, de 50%.

No obstante, la mayoría oficialista en la Comisión de Obras consideró que “las excepciones son tolerables” y el expediente pasó a consideración de la Junta Departamental en la sesión de este martes. La viabilidad se concretó pasada la medianoche tras un intenso debate abierto por los ediles del Frente Amplio (FA), que cuestionaron la política de excepciones del Ejecutivo, encabezado por el nacionalista Enrique Antía, y su impacto en al área costera del departamento. El Partido Colorado evitó pronunciarse durante la discusión, aunque, finalmente, su único edil votó en contra de la viabilidad del proyecto.

El debate pareció un déjà vu de la sesión del 29 de enero cuando el expediente ingresó a la Junta Departamental pero no se votó, porque blancos y frenteamplistas coincidieron en que faltaba información sustancial para expedirse y reenviaron el asunto a la Comisión de Obras. Como ocurrió la semana pasada con la aprobación de otro bloque con excepciones en la costa de Manantiales, poco cambió desde aquella sesión estival hasta ahora.

Dudas que no se despejaron

Las dudas respecto al impacto del proyecto en la movilidad urbana de La Barra -siempre congestionado por el tránsito en los meses de verano- y la viabilidad en función de un sistema de saneamiento no se despejaron en estos meses previos al reingreso del tema al plenario, según las actuaciones administrativas que figuran en el expediente.

El edil frenteamplista Joaquín Garlo, coordinador de su bancada, expresó que lo único que se agregó fue un informe del director general de Tránsito de la Intendencia de Maldonado, Juan Pígola, quien se expidió a favor de la viabilidad “sin fundamentar” técnicamente esa postura. Garlo insistió en que la obra no cuenta con un diseño para adecuar la movilidad en torno a las excepciones concedidas, aunque el edil nacionalista Nicolás Domínguez manifestó su “percepción” de que la obra no incidirá en la circulación de vehículos.

En cuanto a la conexión al saneamiento, tal como lo había planteado en enero, Garlo recordó que “el sistema fue diseñado de acuerdo a la normativa, no para soportar la diferencia generada por excepciones de construcción”, según refirieron jerarcas de la Unidad de Gestión Desconcentrada de OSE al comparecer por otros temas en la Comisión de Presupuesto del legislativo. Sobre este caso puntual -dijo el edil- se desconoce “quién se hará cargo de las obras para evitar que se agrave la ya compleja situación del balneario y que se genere un colapso en el sistema”.

Otra duda que no logró zanjarse en la Comisión de Obras es la eventualidad de que, a futuro, se construya un túnel subterráneo entre el shopping ¡Oh! y el nuevo edificio. La Dirección General de Urbanismo mencionó esa posibilidad en el expediente, pero consideró que es un tema para tratar a futuro, independientemente de las excepciones de la obra en cuestión.

Como en otras oportunidades, la bancada oficialista votó a favor con el argumento de que “desde el gobierno departamental se deben tomar acciones que propendan a dar impulso a la industria de la construcción en la zona”.