La Policía Federal de Brasil lanzó este martes la Operación Tavares para desmantelar una organización criminal dedicada al contrabando y la producción clandestina de cigarrillos. En ese marco se liberó a 16 ciudadanos paraguayos que trabajaban en condiciones análogas a la esclavitud en una fábrica clandestina de cigarrillos, en el municipio de Triunfo, en Rio Grande do Sul.

Según informó la Policía Federal, luego de varias horas de búsqueda encontraron a las personas que estaban “enclaustrados” en el sótano de la fábrica, en “una especie de búnker subterráneo” al que sólo se accede por un ascensor hidráulico. Las autoridades brasileñas aseguran que seguirán tres líneas de investigación judicial, además de los tratos de esclavitud a los trabajadores, se indagará por afectaciones al medioambiente y corrupción de menores.

En el comunicado se destaca que la mayor parte de los cigarrillos que producía esa fábrica se volcaban al mercado clandestino de Uruguay y a puntos de venta en Rio Grande do Sul vinculados a la facción criminal del estado.

Las estimaciones de la Policía apuntan a que en la fábrica se producían alrededor de diez millones de paquetes de cigarrillos al mes, con ventas mensuales de 50 millones de reales, unos nueve millones de dólares, lo que implica un monto de 25 millones de reales en impuestos federales a recaudarse.

La Policía informó que los trabajadores paraguayos ingresaban a Brasil por la ciudad fronteriza de Foz do Iguazú, desde Ciudad del Este. Sobre las condiciones en las que estaban los trabajadores, el comunicado detalla que al ingresar al país se les retenían los teléfonos celulares y eran conducidos hasta la fábrica, de la que no podían irse hasta terminar el ciclo de producción, que duraba entre seis y ocho meses.