El incremento de casos de covid-19 puso en alerta a Alemania, que este jueves por noveno día consecutivo tuvo un nuevo pico de resultados positivos desde el comienzo de la pandemia, con más de 65.000 casos. Si bien el número de muertes diarias no es alto ‒el número más alto se registró el 14 de enero con 1.244 víctimas, en momentos en que en el país estaba comenzando la campaña de vacunación‒, Lothar Wieler, el director del instituto Robert Koch, la entidad de referencia en el tema en territorio germano, dijo que el país se encamina hacia una “muy mala temporada navideña” si no se toman medidas drásticas para frenar la propagación del coronavirus.
Wieler, dijo que, incluso si se tomaran medidas, Alemania enfrentaría un período de “días extremadamente tristes” durante los cuales morirían cientos de personas de las que actualmente están infectadas.
El director del instituto dijo además que es probable que la cifra de 65.000 casos positivos de este jueves sea en realidad dos o tres veces mayor.
Durante un contacto con medios de prensa locales, Wieler dijo que se podría aumentar la tasa de vacunación, incluidas las dosis de refuerzo. En el país actualmente los inmunizados con las dos dosis apenas sobrepasan 67% de la población objetivo, apenas por encima del promedio de la Unión Europea.
En este contexto, este jueves la canciller alemana, Angela Merkel, junto a su sucesor, Olaf Scholz, mantuvieron una reunión virtual con los 16 presidentes de los estados federados que conforman la nación, en la que se tomaron algunas medidas para frenar lo que algunos califican como la cuarta ola de la pandemia en el país.
En el encuentro se determinó que se darán los pasos legales en el Parlamento para que la vacuna contra la covid-19 sea obligatoria para todo el personal de la salud, así como para las personas que trabajan con población vulnerable, algo que se espera que se concrete en las próximas semanas. Además, de acuerdo a lo que informó la agencia DPA, las personas que no se vacunen estarán expuestas a sufrir restricciones.
Merkel, que está muy próxima a finalizar su último mandato después de 16 años en el poder, y los jefes de los estados federados acordaron que cuando se superen ciertos niveles de incidencia y hospitalizaciones las personas no vacunadas no podrán acudir a bares, eventos, restaurantes ni estadios deportivos.
“Sabemos, y es lamentable, que podríamos estar mejor si la brecha de vacunación no fuera tan grande y, por tanto, muchas de las medidas que hay que tomar ahora no habrían sido necesarias si tuviéramos más gente vacunada; y nunca es demasiado tarde para vacunarse, incluso ahora se puede hacer una buena contribución a uno mismo y a la comunidad con una primera dosis”, dijo Merkel.
La líder demócrata cristiana de 67 años anunció también que la población podrá recibir una vacuna de refuerzo si ya pasaron seis meses después de haber recibido la segunda dosis. Y además prometió una prima especial para el personal de enfermería, sector en el que el gobierno federal iniciará la vacunación obligatoria.
Con estas medidas las autoridades esperan frenar la curva de contagios y evitar un nuevo confinamiento.
Los Länder –nombre con el que en alemán se designa a los estados federados– reclaman medidas “drásticas”, afirmó el primer ministro de Renania del Norte-Westfalia, el también demócrata cristiano Hendrik Wüst, tras la reunión con Merkel y Scholz. Las medidas acordadas en la reunión con los poderes regionales contemplan además una serie de restricciones graduales, de implementación a escala territorial, pero de acuerdo a parámetros comunes, para quienes no estén vacunados.
La pauta de actuación la marcará la tasa semanal de hospitalizaciones –actualmente, de 5,1 cada 100.000 habitantes–. Si se supera el nivel 3, como ya ocurre en parte del país, implicará que únicamente las personas vacunadas o aquellas que ya tuvieron la enfermedad podrán acceder a bares, restaurantes y otros espacios públicos cerrados.
“Estamos en una situación algo insólita, pero no importa que sea el gobierno en funciones o el que se está formando, tenemos que actuar rápido”, admitió la canciller, quien dejará el cargo con la investidura del socialdemócrata Scholz, que formará el nuevo gobierno junto a los ecologistas y los liberales en la primera semana de diciembre.