En una entrevista que concedió este jueves a la radio Sociedade, la principal emisora del estado de Bahía, el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, consideró que su par francés, Emmanuel Macron, cometió una provocación al haber recibido la semana pasada con un protocolo reservado para los jefes de Estado al exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva en el Palacio del Elíseo, en París.

Según recordó el portal UOL, Macron tiene una pésima relación con Bolsonaro, lo que llevó a un severo deterioro en las relaciones bilaterales entre los países. El mandatario francés es un duro crítico de la política ambiental del actual gobierno brasileño e incluso vetó el acuerdo comercial entre la Unión Europea y el Mercosur, con el argumento de que en Brasil se estaba cometiendo un “ecocidio”.

Durante la entrevista con la radio bahiana, cuando se le preguntó si consideraba una provocación la recepción del expresidente en París, Bolsonaro dijo que sí y atacó al mandatario francés. “Parece que es una broma. ¿El servicio de inteligencia [de Francia] no sabe qué pasó en Brasil en los ocho años que gobernó Lula y en los seis que estuvo Dilma [Rousseff]?”, se preguntó irónicamente el excapitán de 66 años.

Bolsonaro dijo que Macron “siempre estuvo en contra de su gobierno” por ser un competidor directo en el mercado mundial en el área de las exportaciones agrícolas y afirmó que cada vez que puede “agrede” a su gestión alegando cuestiones ambientales. Agregó que su par francés tiene “un problema” personal con él y que los ataques contra Brasil no tuvieron justificación. “Lo que pasa es que él [Macron] está más interesado en tener en el futuro como aliado a una persona pasiva y corrupta como Lula y no a mí”, agregó.

Piedras y perspectivas

En la entrevista Bolsonaro deslindó cualquier responsabilidad en la profunda crisis económica que afecta al país, que sufre una fuertísima inflación que se refleja en el permanente aumento de los precios, en particular los de los combustibles y los alimentos, y agregó que sus adversarios políticos se limitan a atacarlo y no presentan ninguna propuesta para mejorar la situación. “Nadie se acerca, ninguno de los precandidatos, con una alternativa de cómo evitar un problema. Únicamente se dedican a tirar piedras todo el tiempo”, afirmó.

El mandatario también se refirió a la concreción de su adhesión, la semana que viene, al Partido Liberal (PL), sector por el que se postulará en las elecciones del año que viene. En los comicios de 2018, Bolsonaro fue candidato por el Partido Social Liberal (PSL), pero en noviembre de 2019, tras desavenencias con integrantes del sector, decidió abandonarlo, por lo que gobernó la mayor parte del tiempo sin pertenecer a ninguna formación política.

De acuerdo a lo que consignó el portal Carta Capital, el presidente brasileño confirmó que se afiliará al PL el martes 30. Sostuvo que los obstáculos para su llegada al partido, que fueron las nominaciones para el gobierno de San Pablo y el posible apoyo del PL a los partidos de izquierda en el nordeste en las elecciones del año que viene, se resolvieron el lunes en una conversación con Valdemar Costa Neto, líder del sector. En el diálogo, Bolsonaro le dejó claro a Costa Neto que su llegada al PL estaba condicionada a que no se hiciera ninguna alianza con la izquierda en ningún estado del país, algo que su interlocutor aceptó.

Paralelamente, de acuerdo a lo que publicó CNN Brasil en base a fuentes de la presidencia, en el Palacio de Planalto se sigue considerando que las elecciones del año que viene serán un mano a mano entre Bolsonaro y Lula, ya que la opción de una tercera vía, tal como muestran todas las encuestas de opinión, no tendría acceso a la segunda vuelta electoral.

El peor escenario pronosticado por el gobierno actualmente es aquel en el que crezcan los apoyos al gobernador de Rio Grande do Sul, Eduardo Leite, integrante del Partido de la Social Democracia Brasileña. Esto se debe a que el gobierno cree que el voto de Leite se concentra en el centro del electorado y que en una posible segunda vuelta estos apoyos se inclinarían hacia Lula. La percepción de los líderes del gobierno es que, en un escenario en el que Leite y el exjuez Sérgio Moro estén en disputa por el tercer lugar, el gaúcho podría imponerse. Pero en la segunda vuelta, a diferencia de lo que pasaría con Leite, los votos de Moro se volcarían a Bolsonaro.