Los obispos de Francia se reunieron durante una semana para analizar la respuesta que le darán al informe de una comisión independiente que estimó que 330.000 personas sufrieron agresiones sexuales cuando eran niños o adolescentes por parte de integrantes de la iglesia católica francesa desde 1950. Entre los agresores se cuentan sacerdotes y otras personas relacionadas con la institución religiosa.

Al comienzo del encuentro, el viernes, los obispos reconocieron “la responsabilidad institucional de la iglesia” en esos abusos, y las agresiones sexuales de las que fueron víctimas centenares de miles de menores, así como “la dimensión sistémica” de estos crímenes. Ese reconocimiento era una de las 45 recomendaciones que la comisión independiente, presidida por Jean-Marc Sauvé, hizo a la iglesia después de dos años de trabajo. Otra es la de analizar indemnizaciones individuales según los “daños” ocasionados.

Este lunes, al finalizar la reunión que tuvo lugar en la ciudad de Lourdes, al sur del país, en la región de Occitania, la Conferencia Episcopal informó que una de las medidas que tomará es la de vender “bienes inmobiliarios” suyos y “de las diócesis” para alimentar un fondo que permita reparar a las víctimas, informó la agencia AFP. “También se recurrirá a préstamos” en caso de que sea necesario, manifestó Éric de Moulins-Beaufort, presidente de la conferencia. La medida fue votada en un encuentro cerrado en el que participaron 120 obispos del país.

El fondo ya se había creado en marzo y estaba operativo desde octubre, informó Efe. Pero hasta ahora se había nutrido de transferencias hechas por los obispos, insuficientes para atender una situación de la magnitud de la que enfrenta la iglesia católica francesa.

De Moulins-Beaufort anunció que una abogada que fue representante de personas que habían sufrido estas agresiones, Marie Derain de Vaucresson, dirigirá una comisión que se encargará de reconocer y reparar a las víctimas. Al comienzo de la reunión de la Conferencia Episcopal en los santuarios de Lourdes, un lugar de peregrinación para los católicos, los integrantes de esa entidad hicieron un minuto de silencio “en memoria de las víctimas”.

“Se ha cometido mucho daño y debe ser asumido para liberar a los que lo han sufrido y a nuestra iglesia”, dijo De Moulins-Beaufort, y anunció que en junio se evaluarán los avances de estas medidas.