En el marco de su gira por Europa, este miércoles el expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva fue recibido en el Palacio del Elíseo, en París, por el presidente francés, Emmanuel Macron.

El líder del Partido de los Trabajadores (PT), de 76 años, estuvo acompañado en el encuentro por el excanciller Celso Amorim y por Aloizio Mercadante, otra figura de relieve dentro del PT que ocupó varios ministerios durante el gobierno de Dilma Rousseff. Tras la reunión, Lula destacó la cordialidad con la que fue recibido por el mandatario galo.

En una serie de mensajes en su cuenta de Twitter, el expresidente resumió a grandes rasgos los temas que se abordaron durante la reunión. Destacó que “los líderes mundiales deben sentarse para dialogar y enfrentar muchos desafíos que implican una gobernanza global. Compartimos preocupaciones, entre ellas el avance de la extrema derecha en todo el mundo y las amenazas a la democracia y los derechos humanos”. Lula dijo también que en el encuentro se habló de “la urgencia climática y de temas globales como el hambre y la pobreza. También hablamos sobre el futuro de la Unión Europea [UE] y la integración de América Latina”.

A propósito de este último tema, en una conferencia de prensa que convocó antes de reunirse con Macron, el líder del PT, quien de acuerdo a todas las encuestas es el principal candidato a ganar las elecciones que se celebrarán en Brasil en octubre del año que viene, se mostró partidario de replantear los términos del acuerdo entre la UE y el Mercosur. Según informó el portal Carta Capital, Lula dijo que el pacto ya firmado con el bloque europeo se realizó en forma “precipitada”. “Después de 2022, luego de los procesos electorales en varios países, tenemos que volver a reunirnos en una mesa sin prejuicios, con la idea de arribar a un acuerdo que pueda ser bueno”, dijo el líder brasileño ante los medios de prensa.

Lula remarcó que los líderes europeos deben “entender” que los países del Mercosur deben poder exportar hacia el bloque comunitario productos manufacturados con mayor valor agregado. Por otro lado, consideró “peligroso” que “el Mercosur acepte que Europa pueda participar” en licitaciones públicas en los países del bloque sudamericano.

Lula explicó los motivos de su viaje a Europa. “Estoy buscando restaurar la credibilidad que alguna vez tuvo Brasil en el mundo. Viajo para hablar con los gobiernos europeos, los políticos y la prensa para mostrar que Brasil es infinitamente mejor que el gobierno actual, que la gente es mejor, democrática; generosa, esa ignorancia que gobierna hoy no representa al pueblo”, aseveró.

El exmandatario también se refirió al aislamiento internacional en el que se encuentra actualmente su país, algo que se vio plenamente reflejado hace pocas semanas durante la reunión del G20 en Roma, donde el presidente Jair Bolsonaro no mantuvo reuniones bilaterales con ninguno de sus pares. “Acá en Europa me reuní con mucha gente para hablar de democracia. Entre 2003 y 2015, Brasil fue un protagonista internacional, fue un miembro activo en la Organización Mundial del Comercio, en la Organización Mundial de la Salud, en el tema ambiental. Brasil participó activamente en todos los foros multilaterales porque creía en la existencia de estos foros”, continuó Lula, quien agregó que “actualmente Brasil está fuera de todos esos ámbitos, no participa en nada”.

Este miércoles en París, Lula recibió el premio al Coraje Político otorgado por la revista Politique Internationale. Tras recibirlo, agradeció en las redes sociales. “Más que un reconocimiento personal, este es un homenaje a la valentía del pueblo brasileño, que durante siglos ha enfrentado la opresión y la injusticia con gran determinación”, dijo.

Durante su estadía en Europa, Lula ya se reunió en Berlín con quien será el futuro canciller alemán, el socialdemócrata Olaf Scholz, y en el final de su gira tiene un encuentro pactado el viernes con el mandatario socialista español Pedro Sánchez.