Si bien las cifras definitivas del escrutinio apenas habían sobrepasado 50% de los votos, Xiomara Castro, candidata del Partido Libertad y Refundación (Libre), fundado por su esposo, Manuel Zelaya, presidente del país que fue derrocado por un golpe de Estado en 2009, se impuso en las elecciones del domingo.

Con 51,2% de las actas escrutadas, Castro suma 53,6% de los votos, el oficialista Nasry Asfura, del Partido Nacional de Honduras, la sigue con 33,8%, y tercero está Yani Rosenthal, postulante del Partido Liberal, con 9,21% de los apoyos.

La detención del conteo oficial a cargo del Consejo Nacional Electoral (CNE) generó algunas suspicacias, pero la consejera secretaria de la entidad, Rixi Moncada, informó que hasta el momento del primer corte del escrutinio se había utilizado el sistema de Transmisión de Resultados Electorales Preliminares y que a partir de este lunes comenzó el escrutinio definitivo. “Los resultados preliminares se paralizan porque comienza la fase del escrutinio, con la llegada de los camiones de todos los municipios al centro logístico electoral en el Instituto de Formación Profesional”, dijo la funcionaria, de acuerdo a lo que informaron medios hondureños.

La enorme ventaja que lleva Castro en el conteo es irreversible, por lo que su triunfo, si bien no es oficial, ya es tomado como un hecho.

Este lunes, además de los numerosos reconocimientos a nivel internacional, Xiomara Castro, de 62 años –la primera mujer que ejercerá la presidencia hondureña–, fue saludada por entidades empresariales y también por quien salió tercero en las elecciones, el liberal Rosenthal.

En una conferencia de prensa realizada en Tegucigalpa, el postulante agradeció al pueblo hondureño por presentarse sin miedo y con decisión a las urnas y reconoció el triunfo presidencial de Castro. Rosenthal dijo que en la noche de las elecciones se comunicó con el expresidente Zelaya para “felicitarlo y transmitirle las felicitaciones a doña Xiomara Castro por el virtual triunfo que tiene en esta elección”, informó el diario La Tribuna.

Simpatizantes de Xiomara Castro, el 28 de noviembre, en Tegucigalpa.

Simpatizantes de Xiomara Castro, el 28 de noviembre, en Tegucigalpa.

Foto: Orlando Sierra, AFP

En la noche del domingo, tras conocerse su imposición, la candidata de Libre dijo que el pueblo hondureño esperó “12 años en resistencia y estos 12 años no fueron en vano, porque hoy el pueblo se ha manifestado”. Asimismo, agradeció a la alianza conformada y expresó un “reconocimiento imperecedero” a los “mártires que ofrendaron su vida para que hoy el pueblo tuviera libertad y justicia”. “Hoy el pueblo ha hecho justicia, revertimos el autoritarismo y el continuismo. En toda esta campaña que hemos desarrollado nunca hicimos un video o un mensaje ni de ataques ni que pudiera generar odio o división en nuestro pueblo”, afirmó.

Castro dijo que va a “formar un gobierno de reconciliación, un gobierno de paz y un gobierno de justicia”. “Vamos a iniciar un proceso en toda Honduras para garantizar una democracia participativa, una democracia directa, porque vamos a las consultas populares. Esa será una norma para gobernar, a través de los gobiernos locales, los alcaldes, los diputados del Congreso Nacional y del Poder Ejecutivo. Nunca más, hondureñas y hondureños, nunca más se va a abusar del poder en este país, porque a partir de este momento el pueblo será el vigente eterno en Honduras”, agregó.

La presidenta electa dijo también que va a llamar a un diálogo y añadió que les “tiende la mano” a sus opositores. Castro, quien sucederá al actual mandatario, Juan Orlando Hernández, cuyo gobierno estuvo signado por las acusaciones de corrupción y el vínculo con el narcotráfico –de hecho, un hermano del presidente fue condenado a cadena perpetua por ese delito en Estados Unidos–, tendrá por delante una durísima tarea.

De acuerdo con datos oficiales, alrededor de 70% de la población hondureña vive en la pobreza, el mayor problema de ese país en el que viven cerca de diez millones de habitantes. La inseguridad, el desempleo y los elevados niveles de corrupción son otros dos problemas graves que el nuevo Ejecutivo deberá afrontar.

Según la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, la pobreza en Honduras aumentó a 70% en 2020, con un alza de 10,7 puntos porcentuales con respecto al 59,3% de 2019. Además, según informó France 24, el desempleo al final de 2020 estaba a punto de llegar a los dos dígitos, el doble de un año atrás, cuando la tasa de desocupación era de poco más de 5%. Asimismo, debido al impacto de la pandemia de coronavirus, el producto interno bruto hondureño se contrajo 8,9% en 2020, mientras que el año anterior había crecido 2,6%.