El restaurante Figueira Rubaiyat de la ciudad de San Pablo fue el escenario, el domingo de noche, de un encuentro político de alto nivel en el que el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva y el exgobernador paulista Geraldo Alckmin tuvieron su primer encuentro público desde que se maneja su candidatura conjunta para las elecciones.

El evento, en el que participaron alrededor de 500 personas, fue organizado por el Grupo Prerrogativas, un movimiento social básicamente formado por abogados. Durante el encuentro al que asistieron con sus esposas, Lula y Alckmin se tomaron varias fotos juntos, reafirmando en los hechos que el proyecto de que formen una fórmula en las elecciones que se celebrarán en octubre está cada vez más cercano.

La semana pasada Alckmin oficializó su salida del centroderechista Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), sector en el que estuvo durante más de 30 años. La alternativa que se maneja como más probable de cara al futuro cercano es que Alckmin se una al Partido Socialista Brasileño (PSB), para así tener junto al Partido de los Trabajadores (PT) una fórmula presidencial única.

Pero Lula durante el discurso que dio en el evento le sacó presión a Alckmin y pidió tener mesura en este momento, de acuerdo a lo que consignó Folha de São Paulo. “Tengo que respetar a Alckmin. Se fue del PSDB, todavía no tiene partido, no sé a qué partido se unirá. Y quién dirá si podemos unirnos o no es su partido y mi partido. Entonces hay que tener paciencia”, afirmó el exmandatario de 76 años, quien lidera todas las encuestas de intención de voto.

Por su parte, de acuerdo a lo que informó O Globo, Alckmin dijo: “El proceso está comenzando. Es hora de tener grandeza política, es la hora de la unión”.

El principal obstáculo para que se concrete la alianza entre el PT y el PSB pasa por un acuerdo en el estado de San Pablo. El exalcalde Fernando Haddad (PT) y el exgobernador Márcio França (PSB) son precandidatos para las elecciones que se celebrarán en dicho estado, y uno de los dos debería dar un paso al costado. En este momento la cuestión no está decidida y de hecho medios brasileños indicaron que el PSB había exigido que Haddad retirara su candidatura y apoyara a França como contrapartida para avalar el acuerdo entre Lula y Alckmin.

En el encuentro del domingo la mayoría de los políticos presentes eran del PT y del PSB, pero además y dando la idea de que se estaba gestando un amplio frente electoral, también fueron invitados representes del Partido Comunista de Brasil, de Solidaridad, del Partido Social Democrático y del Movimiento Democrático Brasileño. Además, según informó la revista Fórum, hubo referentes del Movimiento sin Tierra, como João Paulo Rodrigues, y también de la Coalición Negra por los Derechos, como Douglas Belchior.

Los articuladores de la alianza entre Lula y Alckmin están convencidos de que el expresidente llegará a la segunda vuelta con un amplio margen de votos. Pero la presencia en la fórmula del exgobernador de San Pablo puede ayudar a ganar ya en la primera vuelta, además de ayudar a construir una base de apoyo parlamentario entre sectores más conservadores y de segmentos del mundo empresarial, así como también de líderes religiosos.

Este encuentro político tuvo muchas repercusiones y uno de los que reaccionó fue el exjuez Sérgio Moro, quien en las últimas semanas anunció que será candidato presidencial por el partido derechista Podemos.

Este lunes Moro escribió en su cuenta de Twitter: “¿Me pareció a mí o ayer vimos una cena conmemorativa de la impunidad de la gran corrupción?”. En respuesta, un abogado que había estado presente en el evento, Augusto de Arruda Botelho, le respondió en la misma red social: “No, asistimos a una cena organizada por un grupo de abogados que defienden la democracia, el Estado de Derecho y la Justicia justa e imparcial. Y en este grupo, por cierto, están los abogados que expusieron tu parcialidad y desconfianza. Te desenmascararon, Sergio. Tenés que aceptarlo: ganó la justicia”.