Funcionarios del gobierno de Estados Unidos están trabajando en un plan alternativo para el desvío de suministros de gas natural desde muchas partes del mundo hacia Europa en caso de que se corte el flujo desde Rusia, en un intento de quitarle poder al arma económica más poderosa con la que cuenta la nación rusa, que suministra energía a buena parte del continente.

A medida que las tensiones y el temor a una guerra entre Rusia y Ucrania fueron creciendo, funcionarios estadounidenses dijeron el martes que habían estado negociando con proveedores globales y que ahora confiaban en que Europa no sufriría una pérdida repentina de energía para calefacción en pleno invierno, según informó el diario inglés The Guardian.

“Para asegurar que Europa pueda pasar el invierno y la primavera, esperamos estar preparados para garantizar suministros alternativos que cubran una gran mayoría del déficit potencial”, dijo un alto funcionario de la Casa Blanca.

La preparación para las entregas de suministros de gas es parte de una campaña de Estados Unidos y sus aliados europeos para mostrar un frente unido y coherente a Vladimir Putin, con la esperanza de disuadirlo de invadir Ucrania.

El primer ministro británico, Boris Johnson, insinuó el martes que Alemania estaba preocupada por la eventual imposición de sanciones contra Rusia debido a su dependencia del gas ruso. El líder conservador dijo que a los “amigos europeos” les preocupaba imponer las sanciones más duras posibles a Moscú, debido a su “gran dependencia” del gas ruso, y también declaró que Reino Unido estaría dispuesto a desplegar más tropas en Europa del Este en caso de que Ucrania fuera atacada.

Estos comentarios se produjeron al mismo tiempo que el presidente francés, Emmanuel Macron, y el nuevo canciller alemán, Olaf Scholz, se reunían en Berlín para coordinar sus posturas, luego de que trascendiera que existen posiciones divergentes entre las potencias occidentales sobre la situación ruso-ucraniana.

Paralelamente, en declaraciones a la prensa, Macron dijo que antes del final de esta semana mantendrá una conversación telefónica con Putin para “aclarar” la posición rusa. El jefe de gobierno galo agregó que Francia y Alemania nunca abandonarán el diálogo con Rusia, pero puntualizó: “Si hay agresión, habrá represalias y el costo será muy alto”.

La vía diplomática sigue siendo una opción fuerte para evitar el enfrentamiento bélico y es por ello que el subjefe de gabinete del Kremlin, Dmitry Kozak, estuvo el martes en París para conversar con asesores políticos de Ucrania, Francia y Alemania, en un esfuerzo continuo por mantener los contactos entre los países.

También el martes se expresó sobre el tema el presidente estadounidense, Joe Biden, que durante un contacto con medios de prensa en Washington, dejó claro que su administración “no tiene intención” de enviar tropas propias o fuerzas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) a Ucrania, aunque volvió a advertir de “graves consecuencias” si se da un ataque por parte de Rusia. “Todos, desde Polonia en adelante, tienen motivos para estar preocupados por lo que sucedería y los efectos indirectos que podrían ocurrir [...] No tenemos intención de poner fuerzas estadounidenses o fuerzas de la OTAN en Ucrania, pero habrá graves consecuencias económicas”, declaró Biden, según informó el portal Europa Press.

Por su parte, en las últimas horas altos jerarcas ucranianos hicieron declaraciones en las que bajaron el tono beligerante que emplearon algunos líderes occidentales y manifestaron que la posibilidad de una invasión rusa a su territorio no parece factible por el momento.

El ministro de Defensa de Ucrania, Alexei Reznikov, pidió no sembrar el pánico por supuestos planes de Rusia de lanzar una ofensiva contra el país, y destacó que no hay datos que confirmen esa posibilidad.

En declaraciones a la cadena televisiva local ICTV, Reznikov declaró que la información del servicio de inteligencia de Ucrania y de sus socios indica que Rusia no desplegó ningún grupo de asalto que demuestre su intención de realizar una ofensiva. “Tal amenaza no existe. Por eso pido no sembrar el pánico. La guerra por parte de Rusia se desató contra Ucrania desde 2014 mediante la ocupación de Crimea”, dijo el jerarca, en declaraciones que recogió el portal ruso RT.

Reznikov comentó que Rusia cometió un acto de agresión contra Ucrania en 2014, “destruyendo las fronteras internacionales al apoderarse de Crimea y partes de las regiones de Lugansk y Donetsk”. “Así que al día de hoy la situación no cambió, la agresión continúa, la guerra sigue, pero no hay ninguna razón para creer que habrá una invasión abierta por medio de la frontera por parte de Rusia; no tengo esa información, porque no hay ninguna agrupación de ataque, y punto”, concluyó.