Luiz Inácio Lula da Silva dio este lunes el primer paso en lo que parece que será uno de los ejes centrales del gobierno que comenzará el 1º de enero: la integración regional.

La primera imagen que tomó estado público al otro día de ganar las elecciones fue el abrazo que compartió con el presidente argentino, Alberto Fernández, de quien será contemporáneo poco menos de un año, a no ser que este logre su reelección en los comicios del año que viene.

“Me dio la gran alegría de contarme que su primera visita será a Argentina”, anunció el presidente argentino a la prensa congregada en el hotel Intercontinental de San Pablo, al tiempo que afirmó: “Con Lula compartimos la mirada sobre la necesidad de integración en América Latina, de que la democracia se consolide en todo el continente, que los procesos electorales sean debidamente respetados y de poder crecer como región en conjunto”.

En diálogo con la diaria, el embajador argentino en Brasil, Daniel Scioli, habló de “armonía”, “coincidencia política e ideológica” entre ambos líderes y reconoció que la victoria de Lula modificará el equilibrio de poderes en el Mercosur, espacio que en los últimos años dejó al descubierto las diferencias políticas entre las dos economías más importantes de Sudamérica.

Según Scioli, esa armonía se traducirá en “posiciones comunes en organismos internacionales de crédito como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF)” y posiblemente en el bloque económico Brics, si es que Argentina logra ingresar y por el que, según Scioli, “ya se había pronunciado en su momento el excanciller brasileño Celso Amorim” en forma favorable.

El de Amorim fue uno de los nombres más pronunciados por la prensa local este lunes, dado que sería uno de los posibles integrantes del gabinete con el que Lula iniciará su tercer mandato presidencial, junto con los del diputado federal Alexandre Padilha; su exministro de Educación y derrotado el domingo en la elección por la gobernación de San Pablo, Fernando Haddad; los senadores electos Wellington Dias y Flavio Dino; y quien fuera rival de Lula en la primera ronda por el Movimiento Democrático Brasileño (MDB), la senadora Simone Tebet.

Amorim ya había hablado con la prensa sobre el fomento a la integración que tendrá el futuro gobierno, sobre todo en su relación con Argentina.

“La relación será mucho más estrecha”, adelantó. “Argentina es nuestro principal socio en todos los sentidos, quizás no es el más grande de los comerciales, pero no importa, nosotros queremos paz y prosperidad y no la habrá si no hay una cooperación intensa entre Brasil y Argentina”, manifestó.

El diplomático aseveró que ambos países están juntos “en la democracia, en la justicia social, en la integración sudamericana y en muchas otras cosas”, y dio a entender que el mejoramiento de las relaciones también es una señal de respeto de las instituciones, en momentos de profundos avances de la extrema derecha en el mundo.

“Por eso tanta gente en el mundo vio la elección en Brasil, porque aquí se juega en parte la suerte de para dónde va el mundo, si para la democracia o para el autoritarismo de la extrema derecha”, advirtió.

Scioli ya inició el trabajo de acercar a las partes, incluso antes de saberse quién ganaría las elecciones. Lo hizo acercando al propio Amorim y al equipo de Carlos França, ministro de Relaciones Exteriores del gobierno de Jair Bolsonaro, un documento con “ejes de acción” para la profundización de las relaciones económicas y comerciales.

“Estamos trabajando el tema energético, infraestructura y lo que se viene en agenda con el tema de la minería”, adelantó a este diario. El plan también incluye impulsos al comercio en moneda local –Brasil podría retrucar con la creación de una moneda común, no única–, la creación de un puente aéreo entre Buenos Aires y San Pablo y la simplificación de las reglas aduaneras para exportadores e importadores frecuentes, entre otras cosas.

“Hoy nos enfrentamos a un nuevo contexto global. El impacto de la pandemia, la guerra en Ucrania y la demanda mundial de alimentos y energía nos invita a reflexionar sobre nuestra estrategia regional e internacional”, dice el embajador argentino en el documento. “Cuando hablamos en estos términos, debemos partir de nuestro vínculo con Brasil como eje central, reformulando nuestra alianza estratégica para lograr una mayor integración bilateral, que también fortalecerá a la región en su conjunto”.

El propio Lula, una vez concluido el encuentro, se aventuró en redes sociales: “América Latina está unida de nuevo. Vamos a trabajar juntos para fortalecer la relación entre nuestros países”.

Ramiro Barreiro desde San Pablo.