El flujo de armas y el apoyo militar que la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) le está dando a Ucrania está acercando a la alianza a una peligrosa línea de choque militar directo con Rusia, dijo este jueves en una conferencia de prensa la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores ruso, Maria Zajarova.

“Los países de la OTAN parecen estar compitiendo entre sí en el suministro de armas y municiones al régimen de Kiev, brindando inteligencia, entrenando personal y emitiendo instrucciones sobre cómo llevar a cabo operaciones de combate, acercándose así cada vez más a una línea peligrosa de un enfrentamiento armado directo con Rusia”, dijo Zajarova, según informó la agencia TASS.

Los dichos de la funcionaria del Kremlin hacen referencia a la aprobación esta semana de una misión de asistencia militar para el entrenamiento de unos 15.000 soldados de las Fuerzas Armadas de Ucrania durante dos años en territorio comunitario. Zajarova agregó que las potencias occidentales decidieron continuar su ayuda militar a Ucrania, “aumentar su potencial de defensa antiaérea y, como antes, continúan atiborrándola de armas y preparándola para una guerra prolongada”.

La portavoz llamó la atención sobre el hecho de que el apoyo militar occidental a Ucrania, según los últimos datos, ya había alcanzado los 42.300 millones de dólares, de los cuales 28.300 millones fueron proporcionados por Estados Unidos.

Zajarova dijo que los países que integran la alianza militar son “patrocinadores de actividades terroristas que se llevan a cabo bajo los auspicios del régimen de Kiev y con la participación directa de la OTAN, tanto como una alianza liderada por Estados Unidos como por sus miembros individuales”.

Mientras los combates prosiguen en algunas zonas del Donbás y en otras partes del sur y sureste de Ucrania, el presidente ruso, Vladimir Putin, visitó este jueves un campo de entrenamiento de reclutas en el óblast (provincia) de Riazán, cerca de Moscú. Según informó la agencia Interfax, Putin estuvo acompañado por su ministro de Defensa, Serguéi Shoigú.

Del lado ucraniano la situación es difícil. Si bien las victorias de las últimas semanas le posibilitaron reconquistar algunos territorios, los bombardeos rusos sobre las instalaciones eléctricas de muchas zonas del país están generando una situación muy problemática, particularmente porque a esta altura del año el frío ya llegó. Es por esto que las autoridades ucranianas tomaron la decisión de restringir el suministro de electricidad en todo el país. Los ucranianos ahora deberán prepararse para los “apagones continuos” y la gente tendrá que ahorrar energía, advirtió el subjefe de la oficina del presidente, Kyrylo Tymoshenko, según lo consignado por agencias internacionales.

Además, informó la agencia France Press, el comando militar ucraniano teme que se abra otro frente, ya que existe una “creciente amenaza” de una nueva ofensiva rusa desde Bielorrusia, su vecino del norte, cuyo territorio sirvió de base a las fuerzas rusas para la invasión que iniciaron el 24 de febrero. “La retórica agresiva de los dirigentes militares y políticos de Rusia y Bielorrusia se intensifica”, declaró durante una conferencia de prensa Oleksii Gromov, uno de los responsables del Estado Mayor ucraniano. “La amenaza de que las Fuerzas Armadas rusas reanuden la ofensiva en el frente norte crece”, aseguró, unos días después de la creación de una fuerza militar conjunta entre Moscú y Minsk.