En la ciudad de Sochi, el presidente ruso Vladimir Putin se reunió este lunes con el primer ministro de Armenia, Nikol Pashinyan y con el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, en un encuentro tripartito en el que las partes ratificaron su compromiso con los acuerdos para normalizar las relaciones entre las dos naciones caucásicas, firmados en noviembre de 2020.
“Reafirmamos nuestro compromiso de cumplir estrictamente con todos estos acuerdos en aras de una normalización integral de las relaciones entre Azerbaiyán y Armenia, asegurando la paz, la estabilidad, la seguridad y el desarrollo económico sostenible del Cáucaso Meridional. Acordamos realizar esfuerzos adicionales destinados a abordar con urgencia las tareas restantes, incluido un bloque de cuestiones humanitarias”, se expresó en un comunicado firmado por las tres partes y divulgado luego del encuentro, consignado por la agencia Sputnik.
Según el documento, los líderes subrayaron la importancia de preparar activamente la conclusión de un tratado de paz entre Azerbaiyán y Armenia para lograr una solución sostenible y a largo plazo en la región.
Antes de la reunión entre todas las partes, Putin se reunió con los líderes por separado y manifestó que resolver un conflicto tan grave y prolongado como el de Nagorno Karabaj requiere mucho esfuerzo. De acuerdo a lo que informó el Kremlin, el mandatario ruso destacó que Armenia es un socio estratégico, un aliado de Rusia desde la antigüedad y manifestó que para él este tema “es una situación especial”.
El conflicto en Nagorno Karabaj –territorio que los armenios denominan oficialmente como la República de Artsaj– estalló en 1988, cuando la región autónoma de población mayoritariamente armenia, decidió separarse de la entonces República Socialista Soviética de Azerbaiyán.
Tras la disolución de la Unión Soviética, entre 1992 y 1994 hubo una guerra en la que Azerbaiyán perdió el control de Nagorno Karabaj y otros siete distritos. Luego de más de dos décadas de tensa calma, las hostilidades se reanudaron en setiembre de 2020, se extendieron por seis semanas y causaron miles de muertos. Su cese se logró el 10 de noviembre de 2020 en virtud de una declaración adoptada un día antes por los líderes de Armenia, Azerbaiyán y Rusia.
El acuerdo causó mucha indignación entre los armenios porque en el enfrentamiento militar los azeríes se impusieron y lograron recuperar varios territorios que antes estaban en su poder. La situación generó una crisis política en el país y muchos cuestionamientos a Pashinyan, quien, sin embargo, logró mantenerse en el gobierno.
A mediados de este año resurgieron los enfrentamientos entre las partes, aunque fuera del territorio de Nagorno Karabaj, y este nuevo conflicto cesó a mediados de setiembre, gracias a la mediación rusa, pero en los días posteriores Ereván y Bakú se acusaron repetidamente de violar el armisticio, lo que ameritó una nueva intervención de Moscú.
El domingo, un día antes del encuentro, miles de personas se reunieron en la ciudad de Stepanakert, la capital de Artsaj, luego de que la Asamblea Nacional autónoma adoptara una declaración por unanimidad que determinó que ese territorio “nunca será parte de Azerbaiyán”.
La Asamblea Nacional de Artsaj, “expresando la voluntad colectiva del pueblo”, expresó que “Artsaj nunca ha sido y nunca será parte de Azerbaiyán independiente. Esta misma idea debería ser la base para la solución del conflicto entre Azerbaiyán y Karabaj”, según informó Diario Armenia.