El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, denunció este martes, en un mensaje publicado en su cuenta de Twitter, que Rusia destruyó en poco más de una semana 30% de las centrales eléctricas su país con los bombardeos, que provocaron cortes “masivos” en vastas regiones de Ucrania.

Además, el mandatario ucraniano, en un claro cambio de postura que se viene percibiendo desde que sus tropas lograron reconquistar territorios que habían sido tomados por los atacantes, reafirmó su rechazo a entablar cualquier tipo de negociación con su par ruso, Vladimir Putin.

Autoridades locales informaron el martes que tanto en Kiev, la capital ucraniana, como en varias regiones del país, hubo cortes de electricidad y agua tras una serie de ataques rusos producidos durante las primeras horas de la mañana.

Mientras esto sucede en algunas regiones, en otras los combates son de alta intensidad, sobre todo en el sur y el este del país. En ese sentido, el nuevo comandante del Ejército ruso en Ucrania, Serguéi Surovikin, dijo el martes, en una breve entrevista que concedió a la televisión rusa, que la población civil de la ciudad de Jersón, en el sur del país, que está bajo dominio de Moscú, está siendo “reubicada”, y describió que la situación era particularmente difícil en los alrededores de la mencionada localidad.

“El enemigo intenta continuamente atacar las posiciones de las tropas rusas”, dijo Surovikin en su primera entrevista televisada desde que fue designado por Putin la semana pasada. Las declaraciones de Surovikin se producen en medio del contraataque en curso de Ucrania contra Rusia, en el que las tropas ucranianas recuperaron algunos territorios que estaban en poder de Moscú desde el inicio de la guerra, la mayoría de ellos en el óblast (provincia) de Járkov, en el noreste del país.

Armas en cuestión

El avance ucraniano que viene marcando las últimas semanas de guerra se está debiendo en gran medida al moderno armamento proporcionado por las potencias occidentales, lideradas por Estados Unidos. En varias oportunidades el Kremlin le pidió a Washington que cese el envío de armas a Kiev, advirtiendo que este hecho únicamente contribuiría a generar una confrontación mayor.

Pero en los últimos días el armamento que parece haber tomado relieve en las incursiones rusas son unos drones iraníes, que fueron utilizados en ataques a gran escala contra Kiev y otras ciudades.

Funcionarios occidentales compartieron la preocupación de que Irán pueda extender su ayuda a Rusia, más allá del suministro de cientos de drones, a misiles tierra-tierra más sofisticados.

Estados Unidos fue un paso más allá y este martes anunció que tomará medidas “prácticas y agresivas” para socavar la venta de drones y misiles de Irán a Rusia, dijo el portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Vedant Patel, en una conferencia de prensa consignada por el diario británico The Guardian. Patel agregó que para su gobierno la alianza entre Rusia e Irán constituye una “profunda amenaza”.

Pero desde Teherán niegan esta supuesta alianza, al igual que el Kremlin. De hecho, el martes el portavoz del Ministerio iraní de Exteriores, Naser Kananí, rechazó la versión de que su país envió armas para su uso en Ucrania, e informó que su gobierno está preparado para negociar con Kiev y eliminar las ambigüedades sobre el tema.