El presidente estadounidense, Joe Biden, brindó este miércoles una extensa conferencia de prensa en la que se refirió a las elecciones de medio término del martes, cuyos resultados definitivos aún no se conocen, pero que fueron mucho más positivos para los demócratas de lo que se esperaba.

Hablando ante medios locales e internacionales en la Casa Blanca, el mandatario, de 79 años, se mostró satisfecho por la votación obtenida por su partido y definió la jornada electoral como un “buen día para la democracia y, creo, un buen día para Estados Unidos”.

“Nuestra democracia ha sido puesta a prueba en los últimos años, pero con sus votos el pueblo estadounidense ha hablado y demostrado una vez más que la democracia es lo que somos”, manifestó Biden.

“Si bien la prensa y los expertos predijeron una gigante ola roja, eso no sucedió”, dijo Biden, en referencia al color con el que están identificados los republicanos, y al claro favoritismo que las encuestas y muchos medios daban al partido opositor. A propósito de este tema, Biden se mostró crítico con ciertos sectores de la prensa y además dijo que no les había dado mucha importancia a las encuestas. “Sé que molestó un poco mi optimismo, pero me sentí bien durante todo el proceso. Pensé que lo íbamos a hacer bien”, dijo el mandatario. “Si bien cualquier escaño perdido es doloroso, y algunos buenos demócratas no ganaron anoche, los demócratas tuvieron una buena noche y perdimos menos escaños en la Cámara de Representantes que en la primera elección de mitad de mandato de cualquier presidente demócrata en los últimos 40 años”, agregó Biden, de acuerdo a lo que consignó el portal estadounidense Politico.

El mandatario puntualizó que si bien no estaban claros los resultados finales, prometió que, “independientemente de lo que muestre el recuento, estoy preparado para trabajar con mis colegas republicanos. El pueblo estadounidense ha dejado en claro que espera que los republicanos estén preparados para trabajar conmigo”.

El control del Senado queda por definirse en tres estados: Arizona, Georgia y Nevada. Hasta el momento los republicanos cuentan con 49 bancas y los demócratas con 48, aunque estos últimos tienen un voto adicional que es el de la vicepresidenta, Kamala Harris.

En Arizona la ventaja la llevan los demócratas y en Georgia, ninguno de los dos candidatos al Senado llegó al 50% de los votos, por lo que se celebrará una segunda vuelta el 6 de diciembre en la que se definirá la banca. Tanto el reverendo Raphael Warnock, postulante por el Partido Demócrata, que aspira a la reelección, como el republicano, el exjugador de fútbol americano Herschel Walker, apadrinado por el expresidente Donald Trump, obtuvieron 49% de los apoyos. El 2% restante lo consiguió el libertario Chase Oliver.

En el caso de Nevada, donde los republicanos tienen una leve supremacía, es posible que el recuento de votos continúe hasta el sábado, según las autoridades electorales locales. En particular, la demora se debe al voto por correo, ya que la ley electoral de ese estado contempla que aquellos sufragios emitidos el martes, el día de la elección, tienen tiempo hasta el sábado para llegar y ser contabilizados.

En la Cámara de Representantes las proyecciones daban este miércoles 188 bancas a los demócratas y 207 a los republicanos. La barrera de la mayoría en la cámara baja está fijada en 218 escaños, por lo tanto, pese a la ventaja republicana, el resultado permanecía abierto.

Junto a los representantes en el Congreso y gobernadores de algunos estados, el martes también se votaron en los estados numerosas iniciativas, como la de incorporar el derecho a la libertad reproductiva en las constituciones estatales. Así lo aprobaron los votantes de California, Michigan y Vermont, meses después de que la Suprema Corte estadounidense derogara el fallo “Roe vs. Wade”.

En el caso de Michigan, se invalidó una ley estatal que prohibía el aborto sin excepciones. Esa norma no llegó a aplicarse porque un juez la bloqueó temporalmente y un tribunal la declaró inconstitucional, pero existía el riesgo de que esa decisión se revirtiera.

Por su parte, tanto en California como en Vermont se estableció en la Constitución estatal un texto que dice que las normas no deben negar la libertad reproductiva de un individuo o interferir con esta, e incluye en particular el derecho a interrumpir un embarazo. En estos dos casos, las leyes del estado ya contemplaban ese derecho, pero al incorporarlo en la constitución estatal es más difícil que la norma se revierta.

Por otra parte, en Kentucky, donde el aborto ya está prohibido excepto en casos como el de peligro para la vida de la embarazada, fracasó una iniciativa que proponía aclarar en la Constitución estatal que esta no contempla el derecho a interrumpir un embarazo.