Los más altos representantes del gobierno polaco y el secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) dijeron este miércoles que el misil que cayó el martes en la localidad polaca de Przewodow, a menos de siete kilómetros de la frontera con Ucrania, ocasionando la muerte de dos personas, aparentemente no fue un ataque intencional, sino que probablemente fue lanzado por las fuerzas ucranianas contra la aviación rusa.

“Las defensas ucranianas estaban lanzando sus misiles en varias direcciones y es altamente probable que uno de esos cayese desafortunadamente en territorio polaco”, afirmó el presidente polaco, Andrzej Duda. “No hay nada, absolutamente nada que sugiera que fue un ataque intencionado contra Polonia”, agregó.

Por su parte, el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, confirmó que su país no invocará el artículo 4 de la OTAN, que prevé consultas entre los integrantes de la alianza militar cuando esté amenazada “la integridad territorial, la independencia política o la seguridad de cualquiera de las partes”.

“Lo que puedo decir es que la mayoría de las pruebas que hemos recogido indican que no será necesario invocar el artículo 4 de la OTAN en este momento”, explicó Morawiecki durante una conferencia de prensa en Varsovia.

Mientras tanto, en una reunión de representantes de los países de la OTAN celebrada en Bruselas, su secretario general, el noruego Jens Stoltenberg, se mostró de acuerdo con la opinión de los jerarcas polacos. “Hay una investigación en curso sobre este incidente y tenemos que esperar su resultado. Pero no tenemos indicios de que este sea el resultado de un ataque intencional”, afirmó el diplomático nórdico durante un contacto con medios de prensa.

Las evaluaciones preliminares minimizaban la probabilidad de un ataque que provocara una gran escalada de la invasión rusa de Ucrania, iniciada hace casi nueve meses, ya que si se confirmaba el ataque de Rusia sobre territorio polaco hubiera podido implicar directamente a la OTAN en el conflicto. De todas maneras, Stoltenberg responsabilizó de manera general por la situación a Rusia por haber iniciado la guerra.

Los hallazgos preliminares se dieron a conocer luego de que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y otros aliados occidentales de Ucrania respaldaran la investigación, mientras que Moscú afirmaba que no había disparado el proyectil.

En sus primeras declaraciones tras conocer la noticia de la caída del misil en Polonia, Biden señaló desde Indonesia, donde estaba participando en la cumbre del G20, que era “improbable” que Rusia hubiese lanzado el misil.

Pero mientras todos apuntan a un error de cálculo ucraniano, el presidente de este país, Volodímir Zelenski, se mantiene inflexible en la postura que mostró desde que se produjo el episodio y dijo que el misil que mató a los dos agricultores polacos fue lanzado por los rusos. “No tengo ninguna duda de que no fue un misil nuestro. Pienso que es un misil ruso, en base a nuestros informes militares”, dijo Zelenski según informó El País de Madrid.

Paralelamente, el secretario del Consejo Nacional de Seguridad y Defensa de Ucrania, Oleksiy Danilov, anunció en Twitter que su gobierno pedirá “acceso inmediato” al lugar de los hechos para los representantes del Ministerio de Defensa y de la guardia de fronteras ucraniana. El consejo señaló en un comunicado que el gobierno ucraniano pretende llevar adelante una investigación conjunta y lo más detallada posible con sus aliados.

Mientras tanto desde Moscú, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, criticó la reacción de Polonia. “Los polacos tuvieron todas las oportunidades para afirmar de inmediato que se trataba de fragmentos de un misil S-300. En consecuencia, todos los expertos se habrían dado cuenta de inmediato de que las Fuerzas Armadas rusas no tenían nada”, afirmó Peskov en una conferencia de prensa.

En efecto, los misiles de este tipo, de fabricación soviética y que son empleados tanto por el Ejército ruso como por el ucraniano, son del tipo tierra-aire, de uso defensivo. Peskov describió la reacción de Europa ante el incidente como otro ejemplo de rusofobia frenética, que no tenía datos reales sobre los que sustentarse.

Peskov dijo además a los medios rusos que existían canales de comunicación entre los ministerios de Defensa de Rusia y Estados Unidos y resaltó la “reacción bastante comedida de los estadounidenses, que contrastaba con las reacciones absolutamente histéricas de la parte polaca y de varios otros países”. El portavoz aconsejó a todos que preguntaran al gobierno de Varsovia sobre cómo sucedieron los hechos y “que pidieran a los funcionarios polacos que sean más reservados, más equilibrados y profesionales cuando hablen de temas tan delicados y potencialmente peligrosos”.