Participando en forma virtual de la reunión del G20 que se está desarrollado en la isla de Bali, en Indonesia, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski dijo que la guerra que se está librando en su país está pasando por el momento indicado para presionar a Rusia a desistir de sus planes de ocupación. Además, según consignaron agencias de noticias internacionales, el jerarca descartó entablar conversaciones directas con el gobierno que lidera Vladimir Putin.

“Estoy convencido de que ahora es el momento en que la guerra de Rusia debe y puede detenerse. No permitiremos a Rusia que tome un respiro, reconstruya sus fuerzas y luego comience un nuevo episodio de terror y desestabilización”, declaró Zelenski a los líderes de las principales economías del mundo.

Las declaraciones del jefe de Estado se producen en momentos en que el Ejército ucraniano viene teniendo muchas victorias en el marco de una contraofensiva que tuvo su punto más alto en la reciente liberación de la ciudad de Jersón, capital del óblast (provincia) homónimo. Descartando de plano las conversaciones con representantes del Kremlin, Zelenski dijo que “no habrá Minsk 3 porque Rusia lo violaría inmediatamente”. Esta última afirmación hace referencia a las negociaciones que se produjeron en 2014, cuando Rusia invadió y anexó la península de Crimea, que hasta ahora sigue bajo dominio ruso; y en 2015, en los enfrentamientos posteriores que se dieron en la región del Donbás, en el este del territorio ucraniano, en medio de acusaciones mutuas de violar el acuerdo. Al no considerar negociar con Rusia, Zelenski dijo que la opción para detener la guerra es la presión internacional sobre Moscú.

En su discurso, el mandatario ucraniano pidió a los líderes del G20, entre ellos el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el líder chino, Xi Jinping, que adopten una fórmula de paz de diez puntos y pongan fin a la guerra “justamente y sobre la base de la Carta de las Naciones Unidas y el derecho internacional”.

Claro está que las condiciones que Zelenski plantea para poner fin a la guerra no serán aceptadas bajo ningún concepto por Moscú, ya que el mandatario pretende que Rusia retire todas sus tropas del territorio ucraniano, pidió la liberación de todos los prisioneros y reafirmó que tampoco concederá territorios al enemigo. “Si Rusia se opone a nuestra fórmula de paz, verá que sólo quiere la guerra”, aseveró Zelenski.

En Bali no está presente Vladimir Putin, quien a pesar de estar invitado al encuentro delegó el liderazgo de la delegación rusa al ministro de Relaciones Exteriores, Sergei Lavrov, quien también habló este martes en conferencia de prensa dejando clara la postura de su gobierno.

“Rusia no se niega a negociar con Ucrania, es el régimen de Kiev quien lo está haciendo”, dijo el jefe diplomático del Kremlin.

“Hemos confirmado repetidamente a través de nuestro presidente que no nos negamos a negociar. Si alguien se niega a negociar, es Ucrania. Cuanto más tiempo [el gobierno de Kiev] continúe negándose, más difícil será llegar a un acuerdo”, agregó Lavrov, según consignó la agencia oficial rusa TASS.

Al mismo tiempo que se estaba realizando la cumbre del G20, las fuerzas rusas realizaron este martes un durísimo ataque aéreo sobre varias ciudades ucranianas, entre ellas la capital Kiev.

El alcalde de la ciudad, Vitali Klitschko, afirmó en su cuenta de Telegram que los sistemas de defensa antiaérea lograron derribar varios proyectiles rusos, si bien hasta ese momento no se había podido hacer un balance provisional de daños humanos o materiales. La última vez que las fuerzas rusas habían atacado la capital ucraniana fue hace casi un mes, el 17 de octubre. Pero, además, hubo fuertes bombardeos de las fuerzas de Moscú en las regiones de Chernígov, Cherkasy y Poltava, Lviv y Járkov, según confirmaron autoridades locales a la agencia ucraniana Unian.

Estos ataques generaron la condena de varios gobiernos y también la del alto representante de la Unión Europea, el español Josep Borrell, quien, en declaraciones consignadas por el portal Europa Press, acusó al gobierno ruso de pedir “vagamente” entablar negociaciones mientras continúa realizando bombardeos “sistemáticos” contra ciudades ucranianas y sus infraestructuras civiles.