El gobierno de Ucrania, a través de su Consejo de Seguridad Nacional y Defensa, resolvió implementar el estado de excepción en la mayor parte del territorio, salvo en las regiones de Donetsk y Lugansk –limítrofes con Rusia–, que fueron reconocidas como independientes por el Kremlin y ahora están bajo una administración político-militar. Luego de que Moscú reconociera el avance de tropas rusas en las regiones separatistas, el Consejo decretó este miércoles el estado de emergencia por un período de 30 días, con la posibilidad de extenderlo 30 días más. La resolución queda a la espera de una aprobación por parte del Parlamento local, que se estima que lo haga sin problemas.

Además, en este contexto el gobierno autorizó a los civiles ucranianos a armarse y paralelamente el ejecutivo que preside Volodimir Zelenski les pidió a ciudadanos de su nacionalidad que viven en Rusia que salgan del país lo antes que puedan. Según informó la BBC, se estima que aproximadamente 4 millones de ucranianos viven en territorio ruso.

Paralelamente, Zelenski firmó un decreto que autoriza a reclutar a personas de 18 a 60 años de edad en calidad de reservistas, cumpliendo un período máximo de un año. Todas estas acciones apuntan a una agudización del conflicto, e incluso desde Estados Unidos se afirmó que la invasión rusa a Ucrania es inminente.

Un informe de la inteligencia estadounidense advirtió que el ejército ruso está a punto de comenzar una invasión a Ucrania a gran escala remarcando que tienen al 80% de las tropas desplegadas en la frontera en posición de ataque.

Del lado ruso, la cancillería ordenó la evacuación del personal diplomático residente en Ucrania. El Kremlin había brindado apoyo a los separatistas prorrusos desde el conflicto conocido como Euromaidán y la Guerra del Donbás en 2014, pero aún no había reconocido como repúblicas independientes a Donetsk y Lugansk, que se habían autoproclamado de esta manera desde el inicio del conflicto armado.

Los líderes separatistas, mientras tanto, están pidiendo una resolución pacífica al conflicto, a través del diálogo con el presidente ucraniano. El líder de los independentistas de Donetsk, Denis Pushilin, pidió este miércoles mantener una conversación directa con Zelenski, aunque no descartaba pedir ayuda a Rusia, según informó la agencia Reuters.

También este miércoles entraron en vigencia las sanciones contra Rusia impuestas por Estados Unidos y la Unión Europea.

El paquete de sanciones europeo afecta a “los bancos que están financiando las operaciones militares y de otro tipo” en esos territorios y también involucra a nivel general “al comercio de las dos regiones separatistas hacia y desde la UE, para garantizar que los responsables sientan claramente las consecuencias económicas de sus acciones ilegales y agresivas”, según informaron la alemana Ursula von der Leyen y el belga Charles Michel, presidentes de la Comisión y el Consejo Europeos, respectivamente, en un comunicado conjunto.

Además, según informó el portal ruso Sputnik, el jefe de la diplomacia de la UE, el español Josep Borrell, escribió un polémico tuit que abordaba las sanciones. “No más compras en Milán, no más fiestas en Saint Tropez y no más diamantes en Amberes. Este es un primer paso: estemos unidos”, escribió el funcionario, quien poco después borró el mensaje ante las críticas de que esas sanciones sólo estaban dirigidas a las élites rusas que poseen un elevadísimo poder económico.

Los dichos de Borrell fueron respondidos por la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores ruso, María Zajarova.

En su cuenta de Telegram, la alta funcionaria del Kremlin expresó que le constaba que Borrell “no manejaba sus redes sociales y ni siquiera era consciente de lo que se escribía para él”.

“Puede pasar. Pero estas cosas no deben dejarse en manos de personal ignorante”, agregó. Zajarova además atacó a Borrell por su frivolidad al hacer mención a las sanciones que se aplicarían a los rusos más pudientes y le reprochó no haber realizado ninguna publicación en su nombre “apoyando a los padres de los niños asesinados” por el ejército ucraniano en estos años en los territorios de Donetsk y Lugansk, ni tampoco “pidiendo al régimen de Kiev que frene a los nacionalistas”.

Por su parte, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció un bloqueo total al sector financiero ruso, así como a una lista de referentes del gobierno y a familias potentadas, además de incluir en la nómina de sancionados a Alexander Bortnikov, jefe del servicio de inteligencia. El martes Biden había expresado que el reconocimiento de las repúblicas del Donbás por parte del presidente Putin marco el comienzo de la “invasión rusa a Ucrania” y además calificó la acción adoptada por el Kremlin como una “flagrante violación del derecho internacional”.

Desde Moscú, el canciller ruso, Serguei Lavrov, afirmó este miércoles que el Kremlin ejecutará una “fuerte” y “dolorosa” respuesta contra Estados Unidos por las sanciones.

En el inicio de esta semana se había anunciado que Lavrov se reuniría este jueves con el secretario de Estado estadounidense Antony Blinken en la ciudad suiza de Ginebra, pero el martes por la noche el funcionario de la administración Biden anunció que el encuentro fue cancelado tras el reconocimiento ruso de las repúblicas del Donbás.

“Rusia dejó claro su rechazo total a la diplomacia, no tiene sentido seguir adelante con esa reunión”, dijo Blinken, en una rueda de prensa que ofreció en Washington junto al ministro ucraniano de Relaciones Exteriores, Dmitro Kuleba.

De todas maneras, el jefe de la diplomacia estadounidense siguió dejando una opción abierta a la diplomacia y dijo que si hay algo que Estados Unidos pueda hacer para evitar “el peor escenario” –como un ataque contra toda Ucrania, incluida su capital, Kiev– “siempre lo hará”. Blinken afirmó que Estados Unidos está dispuesto a seguir dialogando, pero primero, remarcó, Moscú debe demostrar que sus propuestas son “serias”.