La inflación en Estados Unidos se disparó durante 2021 a su mayor nivel en cuatro décadas, con un aumento interanual de los precios al consumidor de 7,5% al terminar diciembre, informó este jueves la Oficina de Estadísticas Laborales.
Según informaron medios estadounidenses, se trata de la mayor subida interanual desde febrero de 1982, y está incluso por encima de las predicciones de la mayoría de analistas, que estimaban un aumento de los precios de 7,3 %.
La elevada inflación es la mayor preocupación para la Reserva Federal estadounidense, que volvió a dejar sin cambios los tipos de interés, que están en un rango de entre 0 % y 0,25 %, pero adelantó que la subida de los tipos se producirá posiblemente el mes que viene.
La creciente inflación redujo el poder de compra de los estadounidenses y está afectado fuertemente la popularidad del presidente Joe Biden. De acuerdo a una encuesta publicada ayer por la cadena CNN, 58% de los estadounidenses dijeron que desaprueban el desempeño de Biden, mientras que sólo 41% se manifestó a favor del mandatario. La misma encuesta en diciembre indicaba que 49% de los estadounidenses aprobaba su desempeño y 51% lo rechazaba.
Si se excluyen los precios de alimentos y combustibles, que son los que más fluctúan, la inflación en enero fue de 0,6 %, con una tasa interanual de 6 %. Los precios en el rubro energético ‒que incluyen los combustibles, la electricidad y el gas natural‒ subieron en enero 0,9 %, el mismo porcentaje en que aumentaron los precios de los alimentos, según los datos oficiales reportados por Efe.
Dentro del segmento de los alimentos, el precio de las compras en supermercados subió 1%, y el de la comida en restaurantes, 0,7 %. En la industria automovilística, los precios de los vehículos nuevos se mantuvieron constantes con respecto a diciembre, pero los precios de los autos usados subieron 1,5 %.
El precio de la vivienda aumentó de un mes para otro en 0,3%, y el de los servicios de transporte (viajes en avión, tren, taxis), 1 %.
Por otra parte, los precios de los servicios médicos, una cuestión muy sensible en el país, ya que una enorme parte del sistema de salud es privado, se incrementaron 0,6 %.
En un comunicado publicado tras la divulgación de las cifras, Biden insistió en ser optimista pese al notorio y sostenido aumento de precios y auguró que la inflación se moderará “de forma sustancial” a finales de este año.
“Lo de hoy es un recordatorio de que la presión sobre el presupuesto de los hogares estadounidenses está creando dificultades reales para poner comida en la mesa, pero también hay señales de que lograremos superar este reto”, indicó el mandatario demócrata de 79 años en su mensaje.
Desde la oposición, el líder de los republicanos en el Senado, Mitch McConnell, culpó a los demócratas y sus políticas por la inflación y la atribuyó al plan de estímulo de Biden aprobado por el Congreso el año pasado, que supuso una inyección a la economía de 1,9 billones de dólares para mitigar los efectos de la pandemia de coronavirus.
Aunque el legislador republicano reconoció que ese plan ayudó a los estadounidenses, advirtió de que a cambio los precios comenzaron a aumentar en forma sostenida, y ahora las “familias trabajadoras” no pueden hacer frente a gastos esenciales.