El secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), el noruego Jens Stoltenberg, anunció que la alianza que él preside decidió desplegar nuevos grupos de combate multinacionales en el este de Europa. Según informaron agencias internacionales, la decisión fue adoptada luego de la reunión de ministros de Defensa de los países integrantes de la alianza militar.

Este plan ahora pasará a ser analizado más en profundidad por los mandos militares de la OTAN que decidirán el “alcance y potencial” del despliegue, basándose en el concepto que ya maneja el bloque en los batallones de combate en Polonia y en los países bálticos, Estonia, Letonia y Lituania, informó el portal Europa Press.

Stoltenberg durante la conferencia de prensa que ofreció dijo que la decisión aún no está tomada y que llevará unas semanas recabar la información práctica y logística para poner en marcha la iniciativa. Hace unos días, durante una visita a Rumania, el secretario general de la OTAN aseguró que estos nuevos destacamentos podrían estar listos en primavera, recordó el portal Público.

Por otra parte, el diplomático noruego se mostró escéptico respecto al retiro de una parte de las tropas rusas de la frontera con Ucrania que fue anunciado por Moscú el martes, un hecho que eventualmente abría la puerta a una desescalada militar en la zona. También el martes desde el Kremlin, y luego del encuentro que mantuvo el presidente ruso Vladimir Putin con el canciller alemán Olaf Scholz, se dijo que estaba en pie la posibilidad de llegar a un acuerdo con la OTAN y con Estados Unidos.

Sin embargo, Stoltenberg dijo que, a pesar de los anuncios rusos, no se percibe en el terreno un repliegue de sus tropas.

“La paradoja es que a la vez que vemos que es posible progresar en la senda diplomática, lo que vemos en el terreno es que no hay repliegue y lo que Rusia está haciendo es mover posiciones y lanzando ciberataques”, dijo, esto último en referencia a los recientes ciberataques denunciados desde Ucrania.

Desde Moscú se respondió con rapidez a los dichos del líder de la OTAN.

Esta vez la voz cantante desde la capital rusa no la tuvo el presidente Putin ni el canciller Sergei Lavrov, sino que la encargada de hablar fue la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, María Zajarova, conocida por su dialéctica directa y corrosiva.

La alta funcionaria dijo que su gobierno no tomará con seriedad ninguna declaración de Stoltenberg, quien en los primeros días de este mes fue nombrado para dirigir el Banco Central de Noruega.

“Estas declaraciones de Stoltenberg, que es el secretario general de la OTAN, o un banquero, todavía estoy confundida, ya no nos interesan”, dijo en tono sarcástico Zajarova según informó la agencia oficial rusa TASS.

Adoptando un tono serio, la diplomática dijo que esperaba que continuaran las conversaciones constructivas con Estados Unidos y la OTAN sobre las garantías de seguridad pedidas por Rusia.

“Estos temas requieren una conversación profunda y sustantiva”, dijo, y a continuación aseguró que su gobierno no quiere que se repitan conversaciones como la que tuvo la semana pasada la canciller inglesa Liz Truss con su homólogo Lavrov, que fue definida por este último como el “diálogo entre un sordo y un mudo”.

Posteriormente y retomando el tono irónico, Zajarova se refirió en sus redes sociales directamente a algunos medios de prensa de Estados Unidos y Reino Unido, a los que definió como “medios de desinformación”, a los que les pidió que le digan el horario de las “invasiones” rusas para este año, haciendo alusión a lo publicado hace pocos días por la cadena estadounidense Bloomberg, que anunció que la invasión rusa a Ucrania comenzaría el 15 de febrero.

“Les hago un pedido a los medios de desinformación estadounidenses y británicos Bloomberg, The New York Times, The Sun: anuncien el horario de nuestras 'invasiones' para este año. Quisiéramos planificar las vacaciones”, escribió Zajarova.

Mientras esto decía Zajarova, Putin estaba reunido con el presidente brasileño Jair Bolsonaro dialogando sobre temas comerciales en un ámbito mucho más distendido que el que se mostró en los últimos días, cuando el líder ruso se reunió con el presidente francés Emmanuel Macron y con el alemán Scholz. En estos últimos encuentros, las fotos oficiales mostraron a los líderes en la cabecera de una mesa de seis metros de largo, dejando en claro que de lo que se estaba hablando era de detener una guerra. Con Bolsonaro, en cambio, Putin conversó en torno a una mesa pequeña y tras la reunión no faltaron las sonrisas y los apretones de manos.