El expresidente Luiz Inácio Lula da Silva cerró ayer el acto en el que se celebraron los 42 años de la fundación del Partido de los Trabajadores (PT).

Originalmente iba a ser un evento público, pero debido al avance de la variante ómicron se realizó en forma virtual, en un estudio de televisión de San Pablo.

Si bien se manejaba que durante su discurso, que fue en vivo, el líder partidario oficializaría su candidatura, medios brasileños informaron horas antes de la participación de Lula que el lanzamiento se realizará en la segunda quincena de marzo, luego de que el PT haya hecho los acuerdos con los sectores políticos extrapartidarios que también apoyarán la candidatura de Lula, y una vez que estén diseñadas las fórmulas del sector para las elecciones de gobernador de todos los estados, que se realizarán en forma simultánea a las presidenciales y legislativas el 2 de octubre.

Lula comenzó su discurso homenajeando a las víctimas de la covid-19 y a sus familiares, y luego recordó a numerosas figuras que fundaron y militaron en el partido, momento en el que el exmandatario de 76 años se emocionó hasta las lágrimas. Posteriormente centró su discurso en el amor. Lula citó la Biblia y también a Jesucristo, “el ser humano más extraordinario que pasó por este planeta”, para luego describir la actual situación de la humanidad, sus contradicciones, habló de la necesidad de reducir las desigualdades sociales y de la necesidad de la prevalencia del amor sobre el odio.

“A pesar de todos los reveses que atraviesa el país, hoy tenemos algo que celebrar. Nuestra fuerza demuestra cuánto vale la pena soñar y luchar. Porque, ante todo, el PT es el partido del amor. Del amor a Brasil y al pueblo brasileño”, expresó Lula.

“El amor siempre será mayor que el odio. La verdad siempre será mayor que la mentira. Y la esperanza vencerá una vez más al miedo”, expresó quien gobernó Brasil entre 2003 y 2010. Además, Lula hizo referencia a las elecciones de octubre, comicios en los que todos los sondeos de opinión lo sitúan como el candidato con mayores posibilidades de ganar.

“La pesadilla está llegando a su fin”, dijo Lula haciendo referencia al actual gobierno de Jair Bolsonaro. “Es hora de devolver al pueblo brasileño la capacidad de soñar, y demostrar que estos sueños pueden volver a transformar la realidad”, agregó.

“El PT necesita volver a gobernar, demostrar que la clase obrera sabe cuidar este país mejor que nadie, que nuestra gente tenga al menos tres comidas al día, tenga educación y salud de calidad, trabaje con un salario digno y un contrato formal”, destacó Lula.

Aludiendo a la mala situación económica por la que está pasando el país, Lula enfatizó la necesidad de que su partido vuelva al gobierno, para “que el salario mínimo se reajuste por encima de la inflación. La gasolina, el diésel, el gas para cocinar, la electricidad, la cerveza fría y los asados de fin de semana están de vuelta en los bolsillos de los brasileños. Y para que el hijo del trabajador tenga la oportunidad de volver a ser médico”.

Minutos después de que se cerrara el acto del PT, el presidente Jair Bolsonaro volvió a poner en duda el sistema electoral brasileño durante una transmisión en vivo en las redes sociales. Según él, “todo el mundo sabe qué sospechar”.

“Más que desconfiar, algunas cosas las tenemos que resolver antes de las elecciones, y pronto se resolverán, pueden estar seguros. Queremos elecciones limpias, transparentes, y estoy seguro de que estos temas pronto se resolverán”, dijo el mandatario ultraderechista, según informó el portal Carta Capital. Posteriormente, y en una jugada repetida de Bolsonaro, incluyó a los militares en la discusión.

El mandatario declaró que las Fuerzas Armadas fueron invitadas a participar en el proceso electoral por el presidente del Tribunal Superior Electoral (TSE), Luís Roberto Barroso.

“Soy el jefe supremo de las Fuerzas Armadas. Aceptamos una invitación del ministro Barroso. Personal del Ejército, según los medios, se acercó al TSE y comenzó a plantear posibles vulnerabilidades para ayudar al TSE. Se le pidió al TSE que respondiera los planteos de las Fuerzas Armadas”, continuó Bolsonaro. “Pasó el plazo, y al no haber respuesta, se reiteró el pedido. El plazo ha vencido hoy. Y eso ahora está en manos del ministro [de Defensa, Walter] Braga Netto, quien se ocupará de este asunto. Se contactará con el presidente del TSE para conocer las razones de la demora en la respuesta”, dijo en tono amenazante Bolsonaro.