A pesar de que las reuniones se suceden todos los días, sigue sin haber avances en la situación que está tensando como hacía tiempo no pasaba la relación entre Rusia y las principales potencias occidentales: una potencial invasión de las fuerzas del Kremlin a Ucrania.

En este contexto de encuentros entre altos funcionarios, ayer en Moscú el jefe de la cancillería rusa, Sergei Lavrov, recibió a su homóloga británica, Liz Truss. La reunión, según las declaraciones que brindaron ambos en una conferencia de prensa, no marcó avance alguno y, por el contrario, dejó establecidas las posiciones inamovibles de unos y otros, evidenciado además un tono por demás áspero en las relaciones.

Lavrov, quien está al frente de la diplomacia rusa desde 2004, afirmó que su país no busca ninguna confrontación bélica, ni tampoco una escalada diplomática.

“Nosotros no amenazamos a nadie. Miren las declaraciones públicas: no hay ni una sola amenaza en ninguna parte. Nos amenazan a nosotros”, dijo el canciller con Truss a su lado, en un ambiente de gélida cordialidad.

Lavrov dijo que el encuentro con su par británica no aportó nada nuevo y lo calificó como el diálogo entre “un sordo y un mudo”, según consignaron medios locales y agencias internacionales.

Al mismo tiempo, Lavrov señaló que no sólo Moscú negó haber planeado una supuesta invasión a Ucrania, sino que también lo hicieron autoridades de este último país e incluso algunos voceros del Pentágono. Por su parte, la jefa de la cancillería británica dijo: “El ministro Lavrov me ha dicho hoy que Rusia no tiene planes de invadir Ucrania, pero necesitamos ver esas palabras seguidas de acciones y necesitamos ver que las tropas y el equipo que está ubicado en la frontera con Ucrania se trasladen a otro lugar. Si Rusia toma en serio la diplomacia, necesita mover esas tropas”. Además, Truss, al igual que han hecho otros líderes occidentales, afirmó que habrá duras represalias en caso de que las tropas rusas ingreses en territorio ucraniano.

“Todavía hay tiempo para que Rusia ponga fin a su agresión contra Ucrania y siga el camino de la diplomacia. La OTAN [Organización del Tratado del Atlántico Norte] es muy clara: si no elige ese camino, habrá graves consecuencias para Rusia, Ucrania y toda Europa”, declaró Truss, que recordó que Occidente maneja eventualmente imponer a Moscú “sanciones severas”, además de bloquear el gasoducto Nord Stream 2, que trasladará gas ruso hacia Alemania a través del Mar Báltico.

El cruce de acusaciones continuó cuando la política británica refutó el derecho expuesto por Lavrov de sostener ejercicios militares en las fronteras con su vecina Ucrania, señalando tales acciones como la “amenaza a la soberanía de una nación”.

Truss remarcó que, ante esos movimientos, la OTAN cierra filas para estar lista ante “cualquier eventualidad”.

“Occidente está convencido de que puede exigir garantías de nosotros, pero nadie le proporciona garantías a Rusia”, dijo Lavrov como respuesta.

En cuanto a la crisis ucraniana, Lavrov llamó a materializar los acuerdos de Minsk, que prevén una solución pacífica del conflicto que se desarrolla en el este del país desde 2014.

“Queremos que el espíritu de compromiso, de la búsqueda del balance de intereses que permitió adoptar los documentos claves al más alto nivel en el marco de la OSCE [Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa] […] nos ayude ahora poner en práctica esos acuerdos que ya están en papel”, indicó el dirigente ruso.

La OSCE es un organismo que integran todos los países del viejo continente, incluyendo, claro está, Rusia, que tiene como finalidad la prevención y la resolución de conflictos.

Al tiempo que esto sucede, tropas rusas y bielorrusas comenzaron a realizar operaciones militares en territorio de Bielorrusia, país aliado irrestricto de Moscú.

Lavrov también se refirió a estas maniobras y calificó la visión que generaron en Occidente como una “comedia”.

Si bien está previsto que estas operaciones conjuntas finalicen el 20 de febrero, eventualmente puede extenderse. “La prolongación de los entrenamientos es un derecho soberano de cada gobierno”, advirtió Lavrov. Sobre este punto, el alto funcionario del Kremlin señaló que luego de que los soldados retornen, “Occidente dirá con mucho ruido que logró la desescalada de Rusia, pero en realidad estará vendiendo humo”.