La Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) actualizó este miércoles en 870.000 la cifra de ciudadanos ucranianos que, desde la invasión rusa, se han convertido en refugiados en los países limítrofes.

En un comunicado, Acnur explicó que la situación en Ucrania “se está deteriorando rápidamente tras el inicio de la operación militar el 24 de febrero, obligando a cientos de miles de personas a abandonar sus hogares para buscar seguridad en otras partes del país y a través de las fronteras internacionales”.

Según la proyección realizada por la agencia, dependiente de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la cifra de refugiados ucranianos podría alcanzar los cuatro millones de personas en los próximos meses.

Según informó la cadena Al-Jazeera, más de 450.000 ciudadanos ucranianos viajaron a Polonia, más de 116.000 a Hungría, más de 79.000 a Moldavia, más de 67.000 a Eslovaquia, cerca de 43.000 a Rusia, más de 38.000 a Rumania y 341 a Bielorrusia. Además, se registraron cerca de 52.000 viajes de ucranianos a otros países de Europa.

A su vez, según Acnur, unas 850.000 personas son “desplazados internos”, es decir, personas que no salieron de Ucrania pero sí tuvieron que trasladarse dentro del territorio para evitar el conflicto. También hay 5.000 solicitantes de asilo en embajadas y 36.000 personas que son consideradas apátridas o en riesgo de apatridia, o sea que se ven privadas de una nacionalidad.

En este marco, la ONU hizo un llamado de emergencia pidiendo a los países miembros 1.700 millones de dólares para brindar asistencia a 12 millones de ucranianos, entre los que se encuentran los cuatro millones de refugiados proyectados por Acnur.

Según la ONU, al estar cortados los suministros y servicios esenciales a causa del conflicto, al tiempo que los civiles se encuentran escapando de los combates, se desencadenó un “aumento inmediato y brusco de las necesidades humanitarias”.

Según Martin Griffiths, coordinador de ayuda humanitaria de la ONU, “hay familias con niños pequeños refugiadas en sótanos y en estaciones de metro, gente que corre por sus vidas bajo el aterrador sonido de las explosiones y las sirenas de alarma”.

El dinero recaudado permitirá ”repartir dinero en efectivo para las personas más vulnerables” así como “alimento, agua y apoyo para el sistema de salud y la educación, además de asistencia para construir refugios y reparar casas dañadas”, apunta la organización.

El pasado martes, un portavoz de Acnur dijo durante una rueda de prensa en Ginebra que la situación en Ucrania podría convertirse en “la mayor crisis de refugiados de Europa en lo que va del siglo”. De todos modos, pidió a los gobiernos limítrofes con Ucrania que sigan manteniendo sus fronteras abiertas y que no haya “discriminación contra ninguna persona o colectivo”.

En Polonia, por ejemplo, se han formado colas extensas, llevando a que haya personas que demoran hasta 60 horas en alcanzar el punto de control fronterizo, pasando hambre y frío con temperaturas “gélidas”.

En el caso rumano, las colas llegan a tardar 20 horas y en el moldavo, 24, con una diferencia: para llegar a ese país hay que atravesar 69 kilómetros de Odesa, una de las ciudades que se encuentran intervenidas militarmente por Rusia.

Muertes

Según los datos proporcionados por el Servicio Estatal de Emergencia de Ucrania, la cifra de ucranianos muertos a causa de la invasión rusa del 24 de febrero es de 2.000 personas.

Además, se han registrado múltiples daños a infraestructura de transporte, vivienda, guarderías y hospitales.

Un total de 400 personas lograron ser evacuadas por socorristas del Servicio de Emergencia y hubo que apagar más de 400 incendios como resultado de los bombardeos. Diez socorristas murieron mientras trabajaban y otros 13 resultaron heridos.