El gobierno de Ucrania pidió este miércoles a sus ciudadanos que abandonen las regiones del Donbás –Lugansk, Donetsk y Járkov– ante una intensificación de la ofensiva rusa en esas zonas del este del país. Según las autoridades militares ucranianas, allí “se concentran las hostilidades en torno a las ciudades de Popasna y Rubizhne”. La vice primera ministra, Iryna Vereshchuk, manifestó: “Necesitamos evacuar mientras todavía existe tal posibilidad, porque será casi imposible detener el fuego [ruso]”.

La ofensiva se enfoca también, según Rusia y Ucrania, en controlar la ciudad de Mariúpol. El Ministerio de Defensa ruso manifestó el martes que, al haber vencido un ultimátum para que las fuerzas de Ucrania dejaran las armas y abandonaran la ciudad, Mariúpol sería “liberada” de los “nacionalistas” por “las Fuerzas Armadas de Rusia y la República Popular de Donetsk”. Así lo manifestó el portavoz, Igor Konashénkov, según citó la agencia Efe.

De acuerdo con Vadim Boychenko, el alcalde de Mariúpol, ciudad que ya lleva un mes de asedio, los muertos allí son más de 5.000, incluyendo 210 niños. “Pero dado el tamaño de la ciudad, la destrucción catastrófica, la duración del bloqueo y la feroz resistencia, decenas de miles de civiles de Mariúpol podrían ser víctimas de los ocupantes”, dijo.

Boychenko denunció además que las tropas rusas “comenzaron a operar crematorios móviles” para “tapar las huellas” de los “crímenes cometidos por el Ejército”, después de que se conociera la matanza de cientos de civiles en la ciudad de Bucha. En Mariúpol dijo que se registran “saqueos masivos” y deportaciones. “Esto ya no es Chechenia o Alepo. Es el nuevo Auschwitz y Majdanek”, afirmó.

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, afirmó que Rusia está retirando sus tropas del norte de Ucrania para reabastecerlas y llevarlas al este, donde se espera “una gran ofensiva”. Sin embargo, señaló que el objetivo militar no se limitaría a esa región. “No tenemos indicios de que el presidente [ruso, Vladimir] Putin haya cambiado su ambición de controlar toda Ucrania”, manifestó.

Tampoco está claro cuánto va a durar esta guerra, consideró. “Necesitamos apoyar a Ucrania, mantener nuestras sanciones y fortalecer nuestra defensa y disuasión, porque esto puede durar mucho tiempo”, agregó Stoltenberg. “Tenemos que ser realistas y darnos cuenta de que esto puede durar muchos meses, incluso años, y por eso también tenemos que estar preparados para el largo plazo”.

Consideró además que, más allá de la duración de esta ofensiva, “la voluntad del presidente Putin de usar la fuerza militar para alcanzar sus objetivos” tiene consecuencias a largo plazo porque “ha cambiado la realidad de la seguridad en Europa”.

Nuevas sanciones

Estados Unidos, de acuerdo con el G7 y la Unión Europea, anunció nuevas sanciones contra Rusia que incluyen medidas contra las dos hijas de Putin y contra la esposa y las hijas del ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Lavrov. “Estos individuos se han enriquecido a sí mismos a costa del pueblo ruso. Algunos de ellos son responsables de proporcionar el apoyo necesario para sostener la guerra de Putin en Ucrania. Estas sanciones los expulsan del sistema financiero estadounidense y bloquean los activos que tengan en Estados Unidos”, manifestó la Casa Blanca, según citó Europa Press.

El paquete de sanciones también prohíbe las inversiones en Rusia y profundiza medidas ya dispuestas contra bancos y empresas estatales de ese país. Fue aprobado después de conocerse lo ocurrido en Bucha.