Por primera vez en los 101 años que lleva como territorio independiente, luego de la división de Irlanda, Irlanda del Norte tendrá como primer ministro a un representante del partido nacionalista católico Sinn Féin, antiguo brazo político del Ejército Republicano Irlandés (IRA, por sus siglas en inglés).

Tras el recuento final de las elecciones del jueves, el Sinn Féin obtuvo 27 escaños, el Partido Democrático Unionista (DUP, por sus siglas en inglés), 25, en tercer lugar se situó el partido centrista, no sectario y opositor al brexit Alianza, que consiguió 17 lugares en el Parlamento, el Partido Unionista del Ulster obtuvo nueve y el Partido Laborista y Social Demócrata, ocho.

Según los Acuerdos de Viernes Santo firmados en 1998 que pusieron fin a 30 años de violencia sectaria entre los unionistas, protestantes y leales al gobierno de Londres y los nacionalistas católicos, quienes buscan la reunificación de todo el territorio irlandés, se creó un sistema de gobierno de poder compartido. Así, los cargos de ministro principal y viceministro principal deben ser compartidos entre los partidos unionistas y nacionalistas más grandes, pero en esta ocasión el DUP no está dispuesto a dar gobernabilidad si no se modifica o directamente se deja sin efecto el protocolo del brexit.

El protocolo acordado entre el gobierno británico de Boris Johnson y el Ejecutivo de la Unión Europea establece que Irlanda del Norte sigue, de hecho, vinculada con el mercado único comunitario, por lo que las mercancías que cruzan ese territorio y el resto de Reino Unido deben pasar controles aduaneros en los puertos de la región.

De esta manera, se asegura que la frontera entre las dos Irlandas ‒la República de Irlanda continúa perteneciendo a la UE‒ continúe sin tener ningún tipo de barrera física, algo clave para el proceso de paz y la economía de la isla, pero la nueva carga burocrática provocó escasez de productos y tensiones políticas en Irlanda del Norte, sobre todo en la comunidad unionista, que entiende que este acuerdo los aleja de Londres y los acerca a Dublín. Además, los nuevos controles generaron un aumento del comercio entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda, que desde la perspectiva unionista favorece la unidad política de la isla.

La candidata a primera ministra del Sinn Féin, Michelle O’Neill, dijo este martes que el protocolo de Irlanda del Norte “está aquí para quedarse”, y reiteró sus pedidos a los líderes del unionista DUP para que se unan al Ejecutivo, según informaron medios británicos.

Por su parte, el líder del DUP, Jeffrey Donaldson, viene presionando al gobierno de Boris Johnson para que adopte una “acción decisiva” sobre el tratado posterior al brexit antes de que nomine a los ministros para un nuevo Ejecutivo norirlandés.

Los líderes de los dos partidos políticos más grandes de Irlanda del Norte llevan a cabo estas acciones en medio de especulaciones de que la secretaria de Relaciones Exteriores, Liz Truss, podría comenzar a eliminar partes del protocolo a partir de la próxima semana.

Donaldson le comunicó la posición de su sector al ministro británico para Irlanda del Norte, Brandon Lewis, quien por estos días está en Belfast para explorar con los partidos la formación de un Ejecutivo de poder compartido con los nacionalistas, ganadores de los comicios.

“Esta es la posición que hemos mantenido antes de las elecciones, durante la campaña y ahora, y hasta que no veamos que el gobierno de Reino Unido adopte acciones decisivas sobre el protocolo no designaremos a un viceministro principal”, declaró Donaldson a los medios tras reunirse con Lewis.

Antes de reunirse con los partidos, Lewis subrayó en un comunicado que la ciudadanía “merece un gobierno estable y responsable”, por lo que instó a “los líderes” norirlandeses a “cumplir con sus responsabilidades” tan “pronto como sea posible”, según consignó Efe.

Las cinco formaciones más votadas en las elecciones podrían volver al Ejecutivo autónomo si no hay boicot del DUP, que ya lo hizo caer en febrero por su oposición al citado protocolo ‒está suspendido desde entonces‒.

Lewis dio un margen de esperanza a los unionistas al subrayar que es necesario “solucionar las cuestiones pendientes relativas” a ese instrumento acordado por Londres y Bruselas para amortiguar el impacto del brexit en Irlanda del Norte.

Donaldson aseguró que el gobierno británico quiere solucionar este asunto “con un acuerdo con la UE”, pero advirtió que el DUP “no dudará en tomar otras medidas si lo ve necesario”.