Luego de más de 90 días del comienzo de la invasión rusa a Ucrania, el curso de las acciones bélicas parece estar inclinándose claramente hacia el lado de Moscú, que en las últimas semanas centró sus ataques en la región del Donbás, que está prácticamente bajo su control.

Pero, además, las fuerzas rusas están atacando en el sur y el jueves lanzaron durísimos bombardeos en la ciudad de Járkov, la segunda más grande de Ucrania, situada en el noreste del país. Según informaron las autoridades locales citadas por agencias internacionales, al menos siete civiles murieron y 17 resultaron heridos, incluido un niño, como consecuencia de este ataque.

De todas maneras, la situación más apremiante para el ejército ucraniano se está registrando en la región del Donbás, que abarca las provincias de Donetsk y Lugansk. En la noche de este jueves, en su habitual mensaje diario, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, acusó a Rusia de estar perpetrando “una política evidente de genocidio” en dicha región. El mandatario dijo también que la ofensiva de Moscú en el Donbás podría terminar dejando la región “deshabitada”, y agregó, de acuerdo a lo que consignó la cadena panárabe Al Jazeera, que las fuerzas rusas quieren reducir a cenizas sus ciudades.

“Todo esto, incluida la deportación de nuestra gente y los asesinatos masivos de civiles, es una política evidente de genocidio seguida por Rusia”, afirmó Zelenski, que calificó la situación general de la guerra de “extremadamente difícil”.

A las palabras del presidente sobre la situación en el Donbás se sumaron las de jerarcas ucranianos de esta zona. El gobernador de la región de Lugansk, Sergei Haidai, dijo que sólo 5% del área permanece ahora en manos ucranianas, frente al 10% de hace poco más de una semana, y agregó que las fuerzas ucranianas se están retirando de algunas áreas ante el avance del enemigo.

Volviendo a los dichos del jueves de Zelenski, el jerarca se quejó de las divisiones que hay dentro de la Unión Europea (UE) que impiden que haya más sanciones contra Rusia y preguntó por qué se permitió que algunas naciones bloquearan el plan. Según recordó el diario inglés The Guardian, la UE está discutiendo una sexta ronda de medidas punitivas, incluido un embargo a las importaciones de petróleo ruso, pero esta medida cuenta con la férrea oposición de Hungría, que argumenta que tal medida implicaría un fuerte perjuicio a su economía, ya que tiene una dependencia muy grande de los hidrocarburos rusos.

“¿Cuántas semanas más intentará la Unión Europea acordar un sexto paquete?”, se preguntó Zelenski, quien detalló que Rusia estaba recibiendo 1.000 millones de euros por día del bloque por suministros de energía.

Por otra parte, y siguiendo la línea de lo que expresaron las autoridades ucranianas en las últimas semanas, el canciller Dmitro Kuleba volvió a pedir a las potencias occidentales que sigan administrando armamento a su país para tratar de detener los avances rusos. “Necesitamos armas pesadas. La única ventaja que Rusia tiene sobre nosotros es la cantidad de armas pesadas que tienen. Sin artillería, sin múltiples sistemas de lanzamiento de cohetes, no podremos hacerlos retroceder”, afirmó.

Granos y vidas

Otra de las situaciones que está generando rispideces entre los gobiernos de Rusia y de Occidente tiene que ver con el bloqueo que está ejerciendo Moscú sobre los puertos ucranianos, impidiendo así las exportaciones de toneladas de cereales, particularmente hacia países de África y Asia. Este jueves el Kremlin rechazó ser el responsable de esta situación y culpó de ello a los países occidentales por imponer sanciones a Rusia. A propósito de este tema, la ministra de Relaciones Exteriores de Reino Unido, Liz Truss, acusó al presidente ruso, Vladimir Putin, de convertir el hambre en un arma por medio del bloqueo de las exportaciones de granos de Ucrania.

Hablando durante una visita a Bosnia Herzegovina, se le preguntó a Truss si apoyaba el levantamiento de las sanciones a Rusia a cambio de que se habilitaran las exportaciones de granos de Ucrania, y la británica respondió en forma negativa. “No podemos permitir que esto suceda. Putin debe eliminar el bloqueo al grano ucraniano. Lo que no podemos tener es ningún levantamiento de sanciones, ningún apaciguamiento, porque eso simplemente fortalecerá a Putin a largo plazo”, afirmó la funcionaria del gobierno de Boris Johnson.

El tema de la seguridad alimentaria también fue abordado durante una charla telefónica que mantuvieron este jueves el presidente Putin y el primer ministro italiano, Mario Draghi, de acuerdo a lo que comunicaron ambos gobiernos, informó El País de Madrid. Tras su diálogo con el mandatario ruso, Draghi dijo que “la crisis alimentaria que se avecina tendrá proporciones gigantescas y terribles consecuencias humanitarias”.